El doctor Andrés Arce ha trabajado en clubes profesionales, el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), la Selección de fútbol y ahora presta sus servicios en Barcelona SC, pero no se considera “médico de cancha”, porque “eso no existe, sino el especialista en medicina deportiva”.

Arce, especializado en biomecánica, pide que se valore la figura del deportólogo, que “no es solo “para echarle espray a los atletas”, sino para prevenir, predecir y atender la recuperación de un deportista y con métodos científicos. Aunque dice que su mayor labor consiste en “prescribir actividad física”.

Arce incursionó en la medicina deportiva en el 2002, en el Centro de Alto Rendimiento del COE, como capacitador del primer curso de especialización del deporte. Diecisiete años después, el médico canario organiza el I Congreso Internacional de Medicina del Deporte y Ciencias Afines (www.semd2019.org), en Guayaquil, del 14 al 16 de mayo, en el hotel Hilton Colón.

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“Después de 47 años de formar la Sociedad Ecuatoriana de Medicina del Deporte, organizada jurídicamente, esta agrupación de tipo científica unirá a los especialistas en la medicina del deporte y afines en un congreso”, anuncia Arce.

Esto es solo un punto de partida en un área que, según su criterio, requiere más preparación en metodología científica (y no empírica) y también investigación. “Por ejemplo, el esquema para prevención y predicción de lesiones del Sevilla FC (de España) tiene seis métodos y cada uno demuestra cosas diversas: bioquímica, lo netamente muscular, el GPS; en Ecuador, el GPS lo usa la mayoría de equipos, pero todavía hay que mejorar su utilización”. En su consultorio Arce cuenta con una máquina de baropodometría, que “en el 2013 era la primera a nivel mundial, ahora es la décima, pero en Ecuador sigue siendo la primera”.

Para hablar de nuevas tecnologías en la detección de lesiones, Arce invitó al congreso al doctor italiano Nicolo Fortis. La jornada, según Arce, servirá para actualizar a los deportólogos, aunque reconoce que aquí no todos ejercen en esta rama.

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En Ecuador, “no hay protocolos socializados para el ejercicio de la medicina del deporte. Cuando vino el doctor Mauricio Serrato, del Centro de Alto Rendimiento de Bogotá (para una conferencia de doping), se sorprendió porque aquí se daba lo que en su país ya no se ve hace 20 años: gente sin preparación académica de repente hace un curso de deportología o fisiología y lo aprueba el ministerio. Eso no puede ser, no están creando un docto en una especialidad, sino un tecnólogo”, cuestiona Arce.

No solo estos casos evidencian las dificultades del ramo en el país. Arce recordó: “Hace 9 años fui a un club (a ofrecer sus servicios como deportólogo) y me dijeron: ‘ Lo que te puedo pagar son $ 800, para que estés en la cancha y le eches el chisguete a los jugadores’. Le dije: ‘Yo sé reglamentación de fútbol. Le estoy ahorrando lo que va a pagar de multas (por no tener médico), pero además me va a tener 8 horas al día para trabajar con sus jugadores’. Y me respondieron: ‘sí, pero eso no estoy buscando, sino un médico de cancha’”.

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El doctor explica que con la creación de LigaPro la multa se redujo. “Hasta el año pasado, la multa a los clubes por no tener un médico era de $ 400, ahora bajó a 200”. No obstante, se hizo en función de otras exigencias, pues ahora para el otorgamiento de licencias de clubes, “la LigaPro solicita los formatos de historia clínica, ficha odontológica, ficha nutricional, etc”, refiere Arce, para quien estas acciones comienzan a demostrar el valor que ha ganado el profesional de la medicina deportiva y sus auxiliares.

Precisamente por su amplia experiencia en el ámbito nacional, Arce ha logrado el respeto y reconocimiento en el medio deportivo. Actualmente está a cargo de la jefatura del departamento médico del equipo más popular del país. (D)