Michael Arroyo debió cumplir a rajatabla el protocolo del control de dopaje luego de que concluyera el Clásico del Astillero del domingo pasado (triunfo torero por 1-0), pese a una dolencia que aquejó en los minutos finales del partido.

Al volante de Barcelona se le diagnosticó en una clínica privada una "luxación tibioperonea proximal derecha", una lesión que generalmente toma mínimo 21 días de recuperación, de acuerdo a un especialista consultado por EL UNIVERSO.

Boris Zambrano, delegado de la Comisión Antidopaje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), indicó ayer que si el caso de Arroyo se tratase de un intento de evasión al control de dopaje, el futbolista guayaquileño podría ser sancionado de dos a cuatro años.

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Zambrano explicó que el oficial de control de dopaje designado para el Clásico, el doctor Luis Plúas, "debió revisar conjuntamente con el doctor de Barcelona, Gustavo Peralta, al jugador y, si fuera el caso de acuerdo a la gravedad de la lesión, permitir la salida del mismo".

"De acuerdo al informe del doctor Luis Plúas, que fue el médico designado para el control de dopaje, lo que ocurrió fue que uno de los jugadores sorteados al final del partido salió con una aparente lesión pero sin que se haya cumplido el debido protocolo en estos casos; es decir, los médicos del club donde actúa este jugador, debían haber informado al médico de control de dopaje y este a su vez revisar conjuntamente al jugador y permitir, si fuera el caso de acuerdo a la gravedad de la lesión, permitir la salida del mismo", manifestó Zambrano ante los medios.

El numeral 6 del Artículo 2 del capítulo Procedimiento de Control del Reglamento Antidopaje de la Conmebol señala: Los dos jugadores cuyos números se hallen en los sobres 1 y 2 se someterán a un control de dopaje. No obstante, si uno de estos jugadores sufre una lesión antes de que termine el partido, el oficial de control de dopaje de la Conmebol decidirá si la lesión es suficientemente grave para impedir que el jugador se someta al control de dopaje. Si decide que la lesión es suficientemente grave, se procederá a reemplazar al jugador del sobre número 1 con el jugador del sobre número 3 y al jugador del sobre número 2 con el jugador del sobre número 4.

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Sin embargo, Zambrano afirmó que el doctor Plúas "en ningún momento fue informado de que el jugador se iba a ir del estadio con una lesión. Sí se ha cometido una falta que es la salida del jugador sin el permiso y sin el conocimiento del médico de control de dopaje".

Frente a esta eventualidad, Plúas tuvo que dirigirse a dicha clínica privada en donde realizó la toma de muestra de orina.

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Al ser consultado si hubo o no colaboración por parte del volante canario, el delegado de la Comisión Antidopaje contestó: "Lo que pasa es que el doctor trabaja solo, de acuerdo a las últimas disposiciones que hay acá, y desgraciadamente él no podía desdoblarse ya que tenía a tres jugadores más en la sala de control de dopaje. Lo que se hizo de parte del doctor y está relatado en su informe, fue advertirles a los médicos de los clubes la situación que estaba ocurriendo y la posibilidad de sanciones de acuerdo al reglamento Antidopaje de la FIFA y la Conmebol".

En este sentido, Zambrano no pudo aseverar que se trate de una intención de evasión al control de dopaje por parte de 'Gambetita' Arroyo. "Será la Comisión Disciplinaria de la FEF la que estipule esos casos, porque desde el punto de vista reglamentario está señalado".

Versión del médico de Emelec

El médico del equipo azul, Gustavo Pezo, afirmó que acudió "bajo protesta" a la clínica privada donde evaluaron al jugador Michael Arroyo porque él (el galeno de Emelec) no es parte de la Comisión Antidopaje. (D)

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