He visto poco los últimos partidos de Emelec. Lo pude observar el anterior fin de semana (derrota 3-1 con Independiente). Pero creo que el técnico Mariano Soso no encuentra el equipo, no conoce todavía las capacidades de sus jugadores. Es indudable que Emelec debe tener una de las dos o tres mejores plantillas del país, pero Soso no logra sacar ni imponer una premisa que para los entrenadores es indispensable: somos extractores de rendimiento y Soso no encuentra cómo sacar el máximo rendimiento de sus futbolistas. Pienso, por ejemplo, que se está relegando y dejando en la banca a un jugador que ha sostenido mucho al equipo prácticamente desde el año pasado: el zaguero central Marlon Mejía. Se ha elegido la experiencia de Jorge Guagua, que indudablemente es un buen futbolista, pero no se halla en muy buenas condiciones en estos momentos.

Es el momento de volver otra vez a Mejía, que le ha rendido a Emelec. Recuerdo haberlo visto ante Macará, en el estadio Capwell, donde su conjunto jugó muy lanzado al ataque y el que sostuvo al equipo, cuando recibió contragolpes a velocidad, fue Mejía. Un equipo se debe armar de atrás para adelante. Primero hay que tener seguridad defensiva para que los que tienen talento y capacidad puedan rendir con mayores posibilidades de marcar goles.

De las contrataciones de Emelec para la segunda etapa, ¿por qué le cuesta tanto a los extranjeros rendir? Todo tiene que ver con la parte económica. Los foráneos que venían antes al balompié nacional eran de otro nivel, de otra jerarquía. Nuestros padres vieron jugar mundialistas en nuestros equipos y nosotros alcanzamos a ver a algunos, tal vez en el ocaso de sus carreras, pero los vimos. Eso actualmente es prácticamente impensado por las diferencias de orden económico que existen. Entonces se traen elementos del fútbol uruguayo de equipos no tradicionales. Ni digo que no sean importantes, pero sabemos que Tanque Sisley no es de los clubes más populares, River de Montevideo tampoco. Y con los de Argentina pasa exactamente lo mismo: vienen futbolistas que recién están saliendo, jóvenes que están dando sus primeros pasos, que necesitan también afirmarse y no se debe creer que porque son extranjeros ya tienen todas sus capacidades desarrolladas.

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Yo estoy de acuerdo en que se han traído jugadores en posiciones que Emelec tiene cubiertas. Tal vez la de zaguero central era necesaria; hay que ver el rendimiento de Leandro Vega, pero creo que necesita algo más de compañía y hablo de Mejía como una buena opción. Me parece que como volantes número 5 Emelec debe tener de los mejores del país (pero se contrató al uruguayo Nicolás Queiroz). Hay que esperar a que se recupere Pedro Quiñónez, pero Dixon Arroyo y Osbaldo Lastra son buenos futbolistas. Nelson Soliz, quien llegó del Guayaquil City, también lo es; Soliz ya no está jugando (por lesión), pero tiene un potencial tremendo. Todos ellos pueden dar mayor rendimiento, así que me parece que traer un número 5 es relegar a un nacional de muy buenas condiciones. En el fútbol nuestro hacen falta refuerzos –y remarco esa palabra, refuerzos– pero en posiciones claves. Hay jugadores que Ecuador sí produce y debemos confiar más en ellos y pensando en el desarrollo de nuestro balompié tratar de darles más recorrido a esos jugadores.

Respecto a si Barcelona (tiene doce fechas sin perder) ganará la segunda etapa o si Liga de Quito puede ser campeón sin jugar finales, hablamos de dos buenos equipos que tienen plantillas estupendas. Lo de Barcelona es bueno, sin llegar a los niveles de excepción o de ser muy bueno, como a veces escucho, pero es bueno. Las cosas se han hecho de manera seria y correcta y eso tiene que ver desde la cabeza. También influye la toma de decisiones de quién juega, Félix Torres y Xavier Arreaga (como centrales), por ejemplo. Darío Aimar está lesionado y va toda la confianza para Torres, que es un chico que viene de selecciones juveniles y está como titular. Sabemos que va a cometer errores y Arreaga, también, pero están jugando. Eso es de lo que hablamos: de la necesidad de que jugadores nuestros tengan recorrido de partidos (en primera división).

Barcelona es un equipo productivo y efectivo, aunque creo que a veces equivoca los caminos en ataque; pero son detalles netamente futbolísticos. Se insiste en el juego aéreo de Ariel Nahuelpán, sin embargo ante Deportivo Cuenca (1-1) hizo uno de los mejores partidos que le he visto; el argentino no ha venido de lo mejor, pero en Cuenca estuvo bastante bien y es una variante interesante. A Damián Díaz le falta bastante para ser el Díaz que hemos visto. Me parece que se está limitando mucho a ser figura tribunera, poco productiva para el equipo y Díaz sí puede serlo. Matías Oyola y Gabriel Marques son dos trabajadores. Máximo Banguera comete un error en el gol del Cuenca, pero después salva a Barcelona. Lo que hace Marcos Caicedo es interesante, tiene mucho desborde por fuera. Barcelona es un equipo peligroso. Nuestro campeonato se ha vuelto muy competitivo y parejo porque los partidos son difíciles, bravos.

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Del nivel que se menciona de Díaz puedo decir que a veces los más jóvenes no miran que la historia es vida. Nuestros padres nos llevaron a los estadios desde muy niños y vimos a Víctor Ephanor, a Severino Vasconcelos; no tuve la suerte de ver a Jorge Bolaños, pero sí a otros grandes futbolistas. A jugadores de selección (en sus respectivos países), de otro nivel como Jairzinho, quien había sido campeón con Brasil en México 1970 y lo vimos jugar en Nueve de Octubre (en 1982). Era otro el nivel y por eso digo que la parte económica también ha influido y hay que entender que no es que los clubes no quieran (fichar extranjeros de categoría), es que no pueden.

De Macará (que tiene los mismos diez puntos que los líderes canarios, pero menos gol diferencia) yo lo vengo diciendo y no de ahora: el mejor técnico que tiene el fútbol ecuatoriano es Paúl Vélez. No tengo el gusto de conocerlo, pero es de lo mejor que hay. La de Macará es una plantilla con muchas limitaciones en todo sentido y lo digo con mucho respeto para sus jugadores, pero es así. Sin embargo, Vélez sí saca lo máximo de cada futbolista; es un extractor del rendimiento de su plantilla para ponerlo en beneficio de él. Si le alcanza o no al equipo ambateño es algo que se verá en el camino, pero lo que viene haciendo ya desde hace algunos años Paúl Vélez es evidente. No es necesario darle tanta vuelta al asunto. Este técnico saca un rendimiento muy bueno de sus equipos.

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Sobre Guayaquil City me sorprende porque si uno ve su plantilla, con el nivel de sus jugadores, ese equipo debería estar en mitad de tabla. Tiene buenos futbolistas que podrían dar mucho más rendimiento. El equipo está un poco relajado, un poco confundido. No logran entender, tal vez, lo que el entrenador desea al transmitirles toda la información. Pero si uno ve tiene un buen plantel.

Y de la idea de la Liga Profesional de aumentar el número de competidores del torneo en el 2019, la FIFA manda que un campeonato, para ser considerado liga, debe tener un mínimo de 16 clubes: es una regla de la FIFA. Creo que el crecimiento del balompié del país es bueno, ha aumentado la cantidad y calidad de jugadores de mejor nivel. Creo que debería manejarse una estructura que podría permitir a los equipos reforzarse de mejor manera. Dos torneos, de A y B, con 16 participantes me parece muchísimo. Pero un certamen paralelo, como una buena Copa Ecuador, fortalecería todo, como el andamiaje económico de los equipos y los jugadores. Hay que esperar a ver cómo va todo al respecto. (O)

Lo vengo diciendo: el mejor DT que tiene el fútbol ecuatoriano es Paúl Vélez. No tengo el gusto de conocerlo, pero es de lo mejor que hay. Es un extractor de rendimiento de sus futbolistas.