Tres de las mayores curiosidades registradas en los Mundiales de Fútbol, desde 1958 hasta la actualidad, han ocurrido cuando estos torneos se han disputado en años que terminan con el número 8.

Una de ellas ha sido que en esos años el país anfitrión siempre ha llegado a la final; la segunda, que el último partido siempre ha sido una final inédita; y la tercera, que el campeón que ha salido en esas ediciones ganó por primera vez un Mundial.

En Suecia 1958, el país sede disputó la final ante Brasil, quedando por primera vez campeón el equipo sudamericano, en la que fue su sexta participación en una Copa del Mundo.

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Veinte años después, en Argentina 1978, la selección anfitriona también avanzó a la final ante su similar de Países Bajos, e incluso por primera vez la albiceleste ganó el Mundial.

Dos décadas más tarde, en Francia 1998, el país sede llegó a la final, que la disputó ante el entonces tetracampeón Brasil, y la Copa del Mundo fue para el seleccionado europeo, su único Mundial ganado hasta el momento.

Hasta ahora, en 1958, 1978 y 1998 el país organizador del Mundial había llegado a la final, y el campeón surgido en esas ediciones nunca antes había ganado una Copa del Mundo.

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Estamos en el Mundial 2018 y ya tenemos al anfitrión Rusia instalado en los cuartos de final, y aún con vida a dos países que nunca han ganado una Copa del Mundo: Bélgica, que ya está en semifinales; y Croacia, a la que aún le falta disputar este sábado su encuentro por la ronda de cuartos, justamente ante los rusos.

No se sabrá sino hasta el término del presente torneo, si esta tendencia del surgimiento de un campeón inédito en los años terminados en 8 (lo que se ha dado desde 1958) se vuelva a ratificar en este 2018; pero lo que sí es seguro es que la final de esta XXI Copa del Mundo tendrá nuevamente una final inédita. (D)