El pugilismo sénior es otra de las actividades deportivas que murió en Guayaquil. Por eso, ahora, parece ficción que la ciudad haya sido tan importante como plaza boxística para que el Voltaire Paladines Polo albergara, en 1977, una pelea por título mundial. Y era tal popularidad del arte de la fistiana que el máximo lleno en la historia del coliseo porteño se produjo por un combate entre Rafael Anchundia y el venezolano José Dandy Molina, en 1973.