Si bien la obtención de la estrella número 14 representa el logro deportivo principal de Emelec en esta temporada, el título de los millonarios –conseguido el domingo– también implica un indiscutible fortalecimiento institucional cuyos frutos, en los últimos 17 años, colocan al club como el más exitoso del campeonato nacional en el siglo XXI.

Cuatro coronas en el lustro reciente, y seis desde el 2001, convierten a Emelec en un “ejemplo” de lo que sucede cuando la estabilidad dirigencial y económica se combina con una plantilla competitiva de jugadores, consideraron dos periodistas y un historiador guayaquileños.

“Emelec ha dado clases, desde 2009 (cuando fue tercero en un podio en el que ha estado cuatro veces en la cima y otras cuatro segundo), de siempre estar listo para llevarse el título”, manifestó Patricio Cornejo, comentarista de radio Diblu.

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A más de considerar a Nassib Neme Antón, presidente eléctrico (2011 hasta la fecha), como “una persona que entiende mucho el fútbol”, Cornejo destacó el crecimiento de la institución azul en las últimas décadas.

“La estabilidad económica le ha ayudado. El crecimiento del estadio (cuyo aforo se amplió y apariencia se renovó este año) es parte de la solvencia y de la estrategia que hay a nivel institucional. Emelec empezó a pensar en grande desde el siglo pasado incluso, cuando se reabrió el Capwell (en 1991)”.

Con la tesis de Cornejo coincidió Mario Canessa, de radio Caravana, quien detalló “algunos factores” del éxito millonario: “Ha habido una base de jugadores que estructuran la parte medular del equipo. Una estabilidad financiera con una dirigencia estable; además, Emelec cuenta con una gran afición”.

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En este sentido, destacó “el indiscutible proceso en el que se ha formado una institución, lo cual significa tener registros patrimoniales importantes, como un estadio de primer nivel y recursos provenientes de la venta de jugadores en su mejor momento”.

Por este rubro ingresaron unos $22,4 millones. Recibió $,5,5 millones por Miler Bolaños, $ 4,8 millones por Enner Valencia, $ 3,6 millones por Marlon De Jesús, $ 4 millones por Marcos Caicedo, $ 2,5 millones por Ángel Mena y $ 2 millones por Eduardo Morante.

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Canessa también sumó importancia a las decisiones de la directiva: “Los buenos dirigentes siempre hacen buenos equipos. Estamos hablando de un equipo ejemplar”.

A más de sumarse al palmarés azul, el título número 14 de Emelec engrosa el historial de coronas de Guayas, que, junto con los 15 conseguidos por Barcelona y el de Everest (1962), completan 30. Se trata de una hegemonía del fútbol porteño por encima del pichinchano (28), su principal competidor, y de otras dos provincias del país que se quedaron con los otros galardones nacionales con Olmedo (Chimborazo) y Deportivo Cuenca (Azuay) en 2000 y 2004, en ese orden.

Según el historiador y periodista Alberto Sánchez Varas, aquello se debe a “un mayor desarrollo económico de los clubes” de Guayas, porque “los principales equipos ya poseen un estadio propio (el Monumental y el George Capwell), lo que significa partir con ventaja”.

Equiparó lo sucedido en la última media docena de años (cuatro títulos azules y dos toreros) con siete ediciones de los albores del campeonato (3 títulos canarios, 3 eléctricos y el de Everest), sin incluir 1964 (sin clubes de Guayaquil).

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“El profesionalismo (en el fútbol) se inició en esta provincia. La hegemonía fue absoluta en los primeros años, algo que está encaminado nuevamente ahora”.

Para Sánchez Varas, el hecho de que generalmente Emelec y Barcelona se hayan posicionado en los primeros lugares del torneo les significa un plus: “Eso, históricamente, ha generado simpatía a nivel ecuatoriano. Son los únicos equipos en el país que despiertan eso. A un jugador se le pregunta en qué equipo quiere jugar y responde que en Emelec o en Barcelona; rara vez menciona a otro club”. (D)