Una huella imborrable deja en el deporte ecuatoriano Juan Aníbal Araujo Estévez, quien falleció el pasado martes, a la edad de 77 años. Su legado perdurará en el tiempo.
Atleta destacado, preparador físico, técnico de fútbol y entrenador de atletismo fueron las actividades que cumplió Araujo con brillantez, en más de cuatro décadas de carrera.
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Su nombre comenzó a sonar en el año 1950, cuando ganó competencias para el colegio Montúfar, cuenta Víctor Hugo Araujo, amigo de toda la vida. Por esas cualidades pasó al Instituto Nacional Mejía. Fue campeón nacional en 800 y 1.500 metros. Representó al país en los Juegos Panamericanos de Chicago en 1959.
Luego, y tras cumplir estudios en Estados Unidos, Alemania e Inglaterra, sus éxitos se incrementaron.
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Lideró delegaciones de atletas de Pichincha y de Ecuador, fue parte del cuerpo técnico de Liga de Quito que ganó el bicampeonato (1974 y 1975), llevó a Técnico Universitario a ser subcampeón nacional (1978).
En la década del 80 continuaron los triunfos. Rolando Vera, de su mano, se consagró tetracampeón de la carrera San Silvestre (1986, 1987, 1988 y 1989), en Brasil. También llevó a la cúspide a una multitud de atletas como Martha Tenorio (ganó dos San Silvestre).
El deceso de Juan Araujo llegó luego de que hace unos meses se le informara sobre la presencia de un cáncer a la piel, cuenta Víctor Hugo. Mas, revela que lo de la enfermedad fue un agregado a la muerte de su esposa, Eloísa Gortaire. “Un día me confesó que sus ilusiones estaban apagadas tras el deceso de su compañera”, comenta.
Una gran cantidad de deportistas, entre ellos el campeón olímpico y múltiple monarca mundial Jefferson Pérez y los hermanos Tenorio, llegaron ayer hasta el camposanto Monteolivo donde fue velado el cuerpo de Juan Araujo.
También se unieron exfutbolistas como Ernesto Guerra, Polo Carrera, Alfredo Encalada y Fabián Vicente Burbano.
Los deportistas rendirán hoy un homenaje a Araujo e irán a su sepelio vestidos con uniformes deportivos. (D)
(Juan Araujo) Fue como un padre para mí. Me inculcó la solidaridad. En mis inicios ni siquiera cobraba por entrenarme.Martha Tenorio, atleta ecuatoriana