En una reciente entrevista la página web de la FIFA dijo sobre Gheorghe Hagi –quien cumplió 50 años el anterior 5 de febrero– que “cada vez son menos en el fútbol moderno, pero los auténticos número 10, siempre han hecho soñar. El rumano era uno de ellos. Gracias a su creatividad, su genialidad, gran repertorio técnico, goles, pases y regates imposibles, inscribió su nombre en la leyenda”.
Usted ha sido jugador, DT y presidente de club. De todas sus funciones, ¿cuál le ha dado más alegrías?
La verdad, me divierto mucho siendo entrenador en estos momentos, pero, por encima de todo, me encantó ser jugador. Jugar al fútbol siempre me ha parecido algo de una gran sencillez.
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Usted ganó muchos títulos, y participó en competiciones de prestigio. ¿De cuál de sus logros está más orgulloso?
Estoy muy orgulloso de nuestro Mundial de 1994. En el plano personal, nunca había jugado tan bien en mi carrera. Y, en el colectivo, la selección rumana también estuvo en su apogeo. Contábamos con las cualidades necesarias para vencer a cualquier equipo. Teníamos todas las opciones de ganar la Copa del Mundo. Estuvimos muy cerca.
En ese torneo usted marcó un gol que entró en los anales de la competición, frente a Colombia, en la fase de grupos. ¿Ese famoso disparo bombeado es su anotación más memorable?
Goles, marqué unos cuantos… Tengo un magnífico recuerdo del gol de tiro libre que nos dio la victoria con el Steaua de Bucarest contra el Dínamo de Kiev, en 1986, en Mónaco, en la final de la Supercopa de Europa (1-0). Y también de la fiesta que hubo luego del triunfo (risas). También me gustaron mucho los dos que marqué desde el medio del campo con el Real Madrid y el Barcelona. Pero también me quedó grabado, es cierto, el gol contra Colombia del Mundial de Estados Unidos 1994, casi desde la línea de banda. De todos ellos, me costaría decidirme por uno solo. En cualquier caso, creo que dejé ese tipo de buenos recuerdos en todos los equipos en los que jugué.
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Y de todos sus antiguos clubes, ¿hay alguno por el que sienta especial cariño?
Me gustaría contestar la selección rumana, pero al tratarse de clubes... Sinceramente, me gustaron todos, sin excepción. Y todos esos clubes, cada uno a su manera, desempeñaron un papel muy importante en la evolución de mi carrera y del jugador que fui. Me esforcé mucho, di lo mejor de mí mismo en cada club en el que estuve. Esa fue mi manera de darles cariño. Y aunque jugué más en el Galatasaray, cinco años, nunca olvidaré los momentos pasados en el Farul, en el Steaua, en el Real Madrid, en el Barça, en el Brescia… ¡y con Rumania!
Usted tiene la particularidad de haber vestido los colores tanto del Real Madrid como del Barcelona. ¿Qué opina de esa rivalidad?
Es algo que beneficia a los dos equipos. Esa rivalidad los ayuda a crecer, a progresar, a crear motivación entre los jugadores. Esos clásicos aportan al fútbol calidad, hacen que este deporte progrese. Hay que quedarse con eso, por encima de todo.
¿Es más hincha de Lionel Messi o de Cristiano Ronaldo?
Me gustan muchísimo los dos. Me encantaría ser su técnico, tenerlos en mi equipo. Pero confieso tener una pequeña debilidad por el que es zurdo. Yo fui un futbolista zurdo, por eso se explica (sonríe).
¿Por qué hay cada vez menos jugadores de su estilo, los números 10 tradicionales?
Creo que es un escollo de la formación. Estoy convencido de que hay muchos jugadores creativos, aunque tienen una mayor necesidad de atención y de confianza. Es posible que no se les conceda suficiente. Creo que el fútbol necesita a estos 10, jugadores capaces de aportar fantasía y creatividad. Marcar goles forma parte de la esencia misma del fútbol. Debería prohibirse que los partidos terminen 0-0. Y con resultados de 3-2, 4-4, ¡Los estadios estarían llenos!
¿Cómo explica que Rumania no consiga brillar en un gran torneo desde el 2000 (en la Eurocopa 2008 cayó en la primera ronda, sin ganar ningún partido)?
Porque después de nosotros no hemos conseguido crear una nueva buena generación de futbolistas. El fútbol es un deporte colectivo. Hoy hay dos o tres buenas individualidades, pero no propiamente un equipo. Tenemos buenos jugadores, pero no logran hacer un bloque, no consiguen pensar como colectivo. Aun así, tengo muchas esperanzas en que nos clasifiquemos para la Eurocopa 2016 y construir una nueva generación de buenos futbolistas, como la que pudimos ser nosotros.
¿Hay algo que lamente no haber logrado en su carrera?
¡El Balón de Oro! Pude ganarlo en 1994… Sigo estando convencido de que fui el mejor jugador del Mundial de 1994, pero por desgracia para mí Rumania perdió en cuartos de final, quizás eso me costase el Balón de Oro. Sé que fue el punto culminante de mi carrera, y estuve muy cerca de ganarlo. Pero el destino quiso que no fuera así. (D)
Más datos
El mejor jugador rumano de todas las épocas
Con su selección
Gheorghe Hagi jugó 124 veces con la selección rumana, con la que intervino en tres mundiales: Italia 1990, Estados Unidos 1994 y Francia 1998. Debutó con su país en 1983, a los 18 años de edad.
Campeón de Europa
Con el Steaua de Bucarest ganó varios títulos, pero el más importante fue la Liga de Campeones de 1986, en penales contra el Barcelona.
En España
Hagi, uno de los 125 mejores futbolistas vivos de la historia, según encuesta de la FIIFA (2004), logró La Supercopa de España con el Real Madrid (1990) y el Barcelona (1994).
Títulos con los turcos
Con el Galatasaray de Turquía obtuvo la Copa de la UEFA (ahora llamada Liga Europa) y la Supercopa de Europa, ambos galardones en el 2000.
Creo que sin este tipo de jugadores decisivos (los números 10) en los últimos 30 metros, los partidos se complican y el fútbol se afea. El fútbol necesita fantasía.Gheorghe Hagi Exmediocampista rumano