El panorama se complica cada vez más para el Deportivo Quito. Ayer, apenas igualó (0-0) con el Deportivo Cuenca en condición de local, y quedó muy cerca de la zona del descenso a la serie B. Los chullas son décimos en la tabla acumulada.

Ese empate desencadenó reclamos de parte de alrededor de 40 fanáticos azulgranas que esperaron en la calle, fuera del camerino del escenario deportivo, a los jugadores para insultarlos por los malos resultados. Fue necesaria la intervención de la Policía Nacional.

Pero la actitud violenta de los hinchas comenzó la noche del sábado anterior en el complejo Ney Mancheno, ubicado en Carcelén, lugar de concentración del plantel quiteño. Allá llegaron seguidores chullas para, en medio de insultos, exigir más entrega a los futbolistas.

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Walter Calderón, delantero del cuadro de la Plaza del Teatro, aseguró haber visto a varias personas con armas blancas.

Además, luego del juego, Luis Santana, delantero del Cuenca, subió a su cuenta de Twitter una foto de un vidrio roto. Afirmó que era del autobús que los trasladaba del Atahualpa a un hotel de la capital. Según el morlaco, el vehículo recibió impactos de botellas.

En lo futbolístico, el compromiso de ayer fue intenso, y por momentos, dramático.

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Los azuayos estuvieron muy cerca de anotar en el primer tiempo. Michael Castro y William España, defensas del Quito, salvaron a su equipo al despejar balones que prácticamente rozaban la raya de sentencia.

Tras el descanso, el juego mantuvo un buen ritmo. La obligación de ganar hizo que los dos conjuntos buscaran la anotación. No obstante, el elenco anfitrión fue el más incisivo.

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Mamita Calderón casi pone a festejar a los azulgranas, pero la pelota fue sacada de la línea de gol. Después, a pocos minutos del final, Luis Ayoví estrelló el balón en el parante.

El empate, en cambio, alejó a los cuencanos del descenso, y todavía conservan sus opciones de pelear por un boleto a la Copa Sudamericana 2015.