Se suele decir, con frecuencia y verdad, que Alfredo Di Stéfano fue determinante en la historia del fútbol español. Su fichaje, tantas veces mal contado desde Barcelona, dividió las aguas. Hasta que él llegó, el Madrid solo había ganado dos ligas, ambas antes de la guerra, y añadiré que durante la República. Desde que él llegó, ha ganado tantas como todos los demás juntos. Pero su influencia no se limitó a eso. Di Stéfano fue el primer jugador que se movió por todo el campo. Hasta su aparición, los once jugadores se atenían a tareas específicas. Especialistas en una zona, en un estilo, en una actividad especializada. A Di Stéfano se le quedó pequeño aquello, decidió moverse por todo el campo. Defendió, armó, atacó y remató.