Es un deportista de retos. No conoce límites. Esa es la autopresentación del atleta ecuatoriano Millán Ludeña (33 años), quien en abril próximo competirá en una de las carreras más extremas del planeta: la Marathon des Sables (Maratón de las Arenas).

Esta prueba, de 254 km, se realiza de forma exclusiva en el desierto del Sahara, en territorio marroquí; y se la debe cumplir en siete días, de los cuales uno es de descanso.

Millán reconoce que no es un deportista al 100%. Su cotidianidad transcurre entre su trabajo de funcionario público y el deporte de aventura, disciplina que acogió en agosto del 2012. Antes competía en pruebas de asfalto en su natal Guayaquil.

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No obstante, y pese a que solo entrena unas cuatro horas diarias, el atleta se obsesionó desde hace más de un año por competir en la Marathon des Sables. Su intención es demostrar que “en la vida no hay límites, sino retos realizables”. Agrega: “Cuando las cosas parecen imposibles es ahí cuando el ser humano se debe demostrar lo contrario. Toda meta es posible si uno se lo propone”, comenta.

A partir de esta forma de encarar la vida, Millán dice que competir en esta prueba le servirá para a su regreso compartir experiencias en colegios y escuelas. “El mensaje será que todo es posible en la vida”, expone y enseguida explica que si logra terminar la competencia, en la categoría de 30 a 39 años, será misión cumplida.

Pese a que no ha encontrado un escenario similar al desierto, el deportista trata de suplir esa aclimatación con entrenamientos en la altura y en la playa.

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Antes de correr, la organización lo someterá a rigurosos exámenes médicos.