Esa crisis que nos golpea a diario y para la que no vemos salida.
El mundo no estaba en la pantalla, estaba en la calle, en el jardín, en la iglesia, en la heladería…
¿Al cabo de casi veintiocho años de pagar con puntualidad la cuota de afiliación le cubren tan solo el 43 %?
Triste precedente el que deja la Asamblea al aprobar la amnistía a quienes atacaron Quito. Triste ejemplo para los jóvenes.
... esas carcajadas inolvidables que me parecían exageradas, hoy busco en mi memoria volverlas a escuchar.
La mezquindad se opone a la paz; la vileza, a la libertad; la pequeñez de espíritu se opone a toda la humanidad.
... sin una escritura pública firmada ante notario, su Alicia no era dueña de nada. Ahora eran sus ojos los incrédulos.
Mami, nosotros como especie vamos a desaparecer por idiotas, me dijo un día la Carito... Ahora veo que tenía toda la razón.
La conocí como “la señora Yolanda”, la señora de la biblioteca del Banco Central y posteriormente del Sinab...
Tal vez la vida sea solo eso: la ilusión del abrazo, la locura de un sueño, la necedad de confiar para poder construir...
Alcé los hombros sin entender nada. La Soledad insistió, esta vez me jaló más fuerte y me sacó del tumulto...
¿Qué gen, qué célula, qué radar interno tenemos que nos hace alejarnos inmediatamente de lo que no es nuestro?
No he podido dejar de pensar en la mujer, en su desesperación e impotencia. En la desidia de todos.
En este país hay muchas injusticias que reclamar, pero ¿no será hora de sentarse a conversar?
Me recuerdan que debo pagar el impuesto del 2 % sobre las ventas brutas que el gobierno de Lenín dejó a las microempresas.
No es cuestión de envalentonarse, de amenazar o construir nuevos pabellones, es tiempo de ver quién es el enemigo.
Sería bueno que los padres y abuelos les cuenten su historia familiar, tal vez así les enseñen a pensar, a no juzgar, a respetar.
“Mal con ello, peor sin ello”, habría dicho la abuela. Era una decisión que había que tomarla y le tocó a él, pobre.
Vivimos incomunicados, parece que cada quien habla para sí mismo y no escucha al otro, al que piensa distinto.
La semana pasada vi en las redes sociales un corto video que trajo a mi memoria aquella entrevista con el doctor Carrión...
... poco a poco fueron apareciendo esas infaltables heridas que ocasionan los líderes que solo miran hacia arriba.
Esa reina de ébano debe tener más de 30 años y este país sigue teniendo normas absurdas, delitos ridículos...
Todos actuamos guiados por nuestros intereses y es hora de trabajar como equipo, con una misma meta y un solo fin.
Así seguimos sin pensar en los otros, sin darle importancia a la pandemia, planeando irresponsablemente marchas...
En la lucha contra la corrupción, bastante logró su régimen al meter a algunos sinvergüenzas a la cárcel.
Nadie desconoce el trabajo de muchos médicos privados, pero la mística de servicio no pueden perderla de vista.
¿Dónde perdimos a esa gente decente y empezamos a elegir gente a la que ¡hasta la mascarilla le queda grande!?
Si bien nuestro futuro se fue al traste, aún podemos dar pelea por el futuro de nuestros nietos y sobrinos nietos.
Ahora más que nunca debemos tener presente la frase #ProhibidoOlvidar... que no queremos volver a sentir miedo.
La complicidad con la violencia no termina en el noticiario de televisión sino que sigue con la telenovela de narcos.