Ivonne Núñez Figueroa
abogada, Guayaquil.- Nací en Chone hace 46 años, crecí y me eduqué en esta ciudad llena de orden y respeto. Las tardes eran un ir y venir de deportistas y entrenadores por la avenida Eloy Alfaro, las noches de campeonatos colegiales eran de efervescencia, la cancha de básquet del estadio colmada de barras muy alegres; y los domingos, la iglesia nos acogía con nuestros coloridos vestidos confeccionados por maestras costureras, Y por supuesto, el padre Federico Ibáñez nos esperaba en la puerta para recibirnos y despedirnos.
Luego íbamos al Richard Soda a servirnos la copa de helado con gelatina y rica torta. Hoy Chone ha cambiado, la indignación nos invade, parece que existieran bandos, por un lado los que queremos a Chone lindo y por otro los que quieren vivir del Chone lindo. El cantón está lleno de agua, lodo; hay mosquitos, insalubridad, atraso, quemeimportismo. Mientras avanzan los demás cantones del Ecuador, nosotros somos la cara opuesta.
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Obras carísimas como la reconstrucción del parque de La Madre, contrastan con la urgencia del alcantarillado –clamor de chonero–, calles asfaltadas o adoquinadas y sin drenajes, sin aceras ni bordillos. Así está nuestro Chone lindo.
Ivonne Núñez Figueroa,
abogada, Guayaquil