Los detractores de Margaret Thatcher salieron ayer a la calle, en varios puntos del Reino Unido, para mostrar el rechazo a su legado y celebrar con gritos de júbilo la muerte de una primera ministra que dividió al país y cuyos funerales se realizaron en la catedral de San Pablo, con la presencia de la reina Isabel II y más de 2.000 invitados.

“¡Maggie, Maggie, Maggie, muerta, muerta!”, fue el cántico repetido por una generación de británicos que sufrió en propia carne el thatcherismo y la implantación del neoliberalismo en Gran Bretaña.

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Cientos de personas se congregaron en Londres para dar la espalda al ataúd de Thatcher a su paso hacia la catedral, donde se ofició un funeral casi de Estado. “Estamos aquí porque nos parece escandaloso gastar este dinero cuando al resto se nos impone la austeridad y para protestar por su legado, con la destrucción de comunidades enteras para favorecer al sector financiero”, dijo Jeff Powell, profesor de Economía de la Universidad de Londres, quien fue con su esposa y su bebé.

Entre abucheos y eslóganes como “Menudo despilfarro” y algunos entonando el tema de góspel Oh, Happy Day (Qué día tan feliz), el féretro con los restos de la antigua líder tory llegó a su destino acompañado también por numerosos partidarios que se agolparon para rendirle tributo.

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Las protestas y celebraciones abundaron en el norte de Inglaterra, donde más se sintieron en los años 80 los efectos de las políticas de Thatcher, con el cierre de fábricas y minas que sumió a poblaciones enteras en el desempleo.

Video de la agencia EFE

El secretario general de la Asociación de Mineros de Durham, David Hopper, animó al festejo y recordó que “toda una generación de sindicalistas bailará sobre la tumba” de la ex primera ministra, quien restringió los derechos sindicales tras la huelga de un año por la clausura de los pozos.

“Me da igual que digan que es de mal gusto, es de peor gusto lo que ella hizo a nuestras comunidades”, zanjó el exminero. Para muchos manifestantes, el hecho de que el gobierno haya convertido el funeral en un acto público les autorizó a expresar su oposición a la figura de Thatcher, sin dejar de reconocer “el respeto que merece privadamente cualquier difunto”, dijo un estudiante.

En Goldthorpe, otra antigua zona minera del noreste inglés, los habitantes colgaron con una soga una efigie de Thatcher, tildándola de “ladrona de leche”, por su iniciativa de retirar la leche gratuita en las escuelas públicas.

En Liverpool, una de las ciudades donde la exlíder conservadora despierta más rencor por la destrucción de empleos en los muelles, el Ayuntamiento decidió no retransmitir el funeral en una pantalla gigante, “para evitar posibles altercados”, indicó un portavoz. También se agotaron los artículos de fiesta puestos a la venta para celebrar la muerte de la polémica política, que incluían globos negros y espantasuegras con su rostro y el lema “Aún la odio”.

En Escocia, donde apenas hay voto conservador, también se organizaron eventos de celebración y protesta, incluido un acto en Glasgow con diputados y activistas, mientras el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond, habitualmente crítico con el thatcherismo, asistía al funeral.

Ayer en la tarde, el féretro con los restos de Thatcher llegó al crematorio de Mortlake, al suroeste de Londres.