Las elecciones del domingo en Venezuela no sirvieron para limar las diferencias políticas. Todo lo contrario, el estrecho margen de victoria que obtuvo el oficialista Nicolás Maduro encendió la polarización aún más. “Sacaremos las cacerolas, saldremos a defender nuestra voz, pero ese tipo no será mi presidente. La justicia de Dios siempre llega”, decía indignada Adriana Pérez, una diseñadora gráfica de 30 años que ponía en duda el resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).