El entusiasmo, la emoción y la la felicidad se apoderaron ayer de los católicos argentinos, que estallaron en lágrimas y aplausos al conocer que el Vaticano nombró como pontífice al excardenal de Argentina, Jorge Mario Bergoglio.

“Estábamos rezando por el cónclave cuando nos enteramos” de la noticia de la elección papal, dijo Ana María Pérez, de 60 años, vicepresidenta de Acción Católica Argentina. “Bergoglio es sinónimo de caridad y misión. Él no llama a salir a evangelizar a la calle, él va a ser el papa de la calle”.

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Quien fuera el vocero del que hoy es papa, Guillermo Marcó, expresó que “en contadísimas ocasiones usó un auto con chofer... Sus opciones de vida siendo cardenal han sido seguir haciendo una vida normal, común”. “Es un gran admirador de Borges. Es argentino, pero sobre todo porteño (de Buenos Aires). Se levanta todos los días a las cinco y media de la mañana a rezar”.

Tras conocerse el nombramiento de Bergoglio, a la Catedral de la capital argentina arribaron ayer centenares de fieles. Algunos rezaban el rosario y en el exterior, varios sonaban las bocinas de los carros.

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“Para nosotros es una gracia muy grande..., estamos orgullosos de él como pastor y que él pueda hacer el bien que nos ha hecho a toda la Iglesia universal nos llena de alegría”, expresó Eduardo García, obispo de la Catedral de Buenos Aires.

Lo “veía muy feliz... No lo esperaba, realmente fue increíble. Yo creo que tiene una alegría profunda...”, anotó Marcó.

Martha Ruiz, 60 años, portera de un edificio aledaño, se emocionó y lloró cuando conoció la noticia. “Es increíble, he participado en muchas reuniones y trabajé en Caritas (organización de la Iglesia católica)”, mencionó, al asegurar que conoció al nuevo papa en dicha entidad. “Es un hombre que transmite mucha serenidad”.

Mientras intentaba enviar mensajes de texto relacionados con la noticia a través de su móvil (el servicio de telefonía celular de algunas compañías colapsó), Graciela Dávalos manifestó estar contenta “primero porque es jesuita y su persona siempre se ha destacado como con muy buen criterio”.

En tanto, en una carta difundida por el gobierno, la presidenta argentina, Cristina Fernández, saludó la designación de Bergoglio como el nuevo papa Francisco. “Es nuestro deseo que tenga, al asumir la conducción y guía de la Iglesia, una fructífera tarea pastoral desempeñando tan grandes responsabilidades en pos de la justicia, la igualdad, la fraternidad y de la paz de la humanidad”, se indica en la breve misiva de la mandataria, quien profesa la religión católica, pero mantiene una fría relación con el cardenal primado de Argentina.

Así como en Argentina, en otros países latinoamericanos hubo estallidos de emoción y sorpresa por Francisco. En Tegucigalpa, Mónica Ropain, trabajadora de Naciones Unidas, afirmó que esperaba que emprendiera la renovación de la Iglesia.

También en Honduras, Lino Rodríguez, un jardinero católico, calificó la selección como interesante, pues era raro “que se elija a uno de aquí y no de Europa”.

En Managua (Nicaragua), Deykel Santamaría, un joven vendedor, comentó estar impresionado porque el papa fuese latino y esperaba que el continente tuviera más presencia. Coincidió con él Giovanni Ciles, quien hizo votos porque las cosas cambien en la Iglesia.