Me refiero a una carta de una lectora, quejándose de los ruidos ensordecedores de los parlantes y de los espectáculos simultáneos que se dan en el Malecón del Salado. Para las familias que habitamos en la ciudadela Ferroviaria, eso es parte de nuestro diario vivir. Este sitio atormentado por la contaminación acústica, tiene las siguientes fuentes de ruido: paso de los aviones que despegan día y noche del aeropuerto José Joaquín de Olmedo; música a todo volumen de la fuente luminosa desde las 19:00 hasta las 21:30; espectáculos públicos presentados en las terrazas norte y sur del Malecón del Salado; karaokes al aire libre en la Plaza del Marisco situada a un costado del puente El Velero, hacia la acera norte; espectáculos varios organizados en la Plaza de la Guitarra en el lado de enfrente, acera sur. El fin último de los entes nacionales y seccionales es el bienestar del individuo y su familia, aquí eso no existe, ¡lo que sí existe es una total falta de respeto para el ser humano que necesita de tranquilidad para vivir! Es más grave el hecho que este caos contraviene expresas disposiciones de la ordenanza municipal al respecto, y es propiciado por organismos públicos que deben supervisar el fiel cumplimiento de esas normas.

En consecuencia, por intermedio de EL UNIVERSO, solicitamos encarecidamente a la Municipalidad y fundaciones, que tomen las medidas que fueren necesarias para que vuelva la paz a este sector. Pedimos que bajen el volumen de los parlantes de la fuente luminosa, que es el que diariamente más deteriora el medio ambiente en el que vivimos.

Ramiro Belisario Cruz Cárdenas,
Guayaquil

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