Josefa Romo,
.- Es bueno hacer un alto en nuestras tareas y darnos cuenta de que esta vida no es la Vida y que aquí estamos solo de paso hacia la eternidad, que no conviene entretenerse con lo que pueda malograr nuestra futura felicidad en el más allá: riquezas mal adquiridas, abusos de poder, placeres desordenados...
Muchos se pierden por falta de fe –“sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos, 11, 6.)–, o por atentar contra la justicia, la castidad...; o por soberbia. Jesucristo derramó su Sangre para salvarnos a todos; pero Dios respeta nuestra libertad y no todos están dispuestos a abrirse al amor a Dios y amar al prójimo, indispensable para llegar a buen puerto al final de nuestra existencia terrena.
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Josefa Romo,