EFE-AFP
MOSCÚ.- Cuando más parecía haberse enfriado el ánimo opositor de los rusos, el Kremlin dio un nuevo motivo para que vuelvan a salir a las calles, y eso hicieron ayer miles de ciudadanos que protestaron contra la ley que prohíbe a los estadounidenses adoptar niños en Rusia.

Ley denostada por la mayoría de los intelectuales, periodistas y columnistas, organizaciones sociales y otros representantes activos de la sociedad civil rusa, aprobada en represalia por la decisión de EE.UU. de sancionar a funcionarios rusos responsables de graves violaciones a los derechos humanos.

Publicidad

Los once grados bajo cero de temperatura en Moscú no frenaron a los descontentos, que recorrieron ayer el centro de las dos principales ciudades del país, Moscú y San Petersburgo. En la marcha que recorrió Moscú se celebró un mitin, hubo 9.500 manifestantes, según la policía, mientras que Serguéi Udaltsov, uno de los líderes de la oposición no parlamentaria que convocó la protesta, dijo que eran 30.000, y la mayoría de expertos, unos 15.000.

En la capital rusa, la mayoría de los manifestantes portó pancartas contra la denominada Ley de Dima Yákovlev, un bebé ruso adoptado por una familia estadounidense que se asfixió en un coche donde fue olvidado por su padre adoptivo, hecho que sirvió de pretexto para sacar adelante la norma.

Publicidad

Muchos enarbolaron los retratos de los diputados que votaron a favor de lo que los manifestantes, en oposición a los legisladores, han llamado como Ley de los Huérfanos. Los protestantes gritaban que no a la ley de la ‘Vergüenza’ y exigieron la “anulación de la ley de los cobardes”. También gritaron consignas contra el presidente Vladimir Putin como “Rusia sin Putin” o “Putin ladrón”.

Esta ley, que evidenció disensiones incluso en el seno del gobierno, fue promulgada por el presidente ruso Vladímir Putin, y entró en vigor el pasado 1 de enero. La prohibición fue la respuesta rusa a un acta estadounidense aprobada recientemente que impone sanciones, como negación de visados y congelación de activos, a funcionarios rusos presuntamente implicados en la muerte en prisión del abogado ruso Serguéi Magnitski, en 2009.

Otras dos mil personas, según la oposición, participaron en un mitin en San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia.

“Hemos sido inmersos nuevamente en los tiempos de la Inquisición. Solo nos queda quemar personas. Vivimos en una época de mala voluntad de nuestro gobierno hacia su propio pueblo”, lamentó el director de cine Eldar Riazánov.

La semana pasada la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nuland, afirmó que entre 500 y 1.000 familias ya habían hecho progresos en sus planes de adopción antes de que entrara en vigor la nueva ley, calificando como ‘trágica’ la situación tanto para ellas como para los niños.