QUITO.- “Más importante que tener un buen presidente de la República es tener una buena justicia en el país; una justicia independiente” había dicho Gustavo Jalkh durante una entrevista de televisión, el 20 de diciembre del 2004, cuando presidía la dirección ejecutiva de la Unidad de Coordinación para la Reforma a la Administración de justicia en el Ecuador (Projusticia).

Ese cargo lo asumió en el 2002, pero renunció en protesta a la instalación de la desaparecida Corte Nacional de Justicia, denominada ‘Pichicorte’, durante el gobierno del expresidente de la República Lucio Gutiérrez.

Jalkh, graduado en la Pontificia Universidad Católica de Quito (PUCE) en 1990, se inició en la política en el movimiento Transformación Universitaria, de centro izquierda, en el que también militaba el asambleísta por la Izquierda Democrática, Andrés Páez.

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En ese entonces esta agrupación era contraria al Frente Amplio Democrático Estudiantil (FADE), en el que participaba Tania Arias, quien se consideraba una mujer de izquierda y ahora es vocal del Consejo de la Judicatura de Transición y está reelecta en el cargo para el ente definitivo que presidirá Gustavo Jalkh.

Uno de los compañeros de universidad de Jalkh, que prefirió la reserva de su nombre, relató que si bien no eran amigos de Páez, militaban en la mismas filas, pero eran rivales políticos de Arias.

“Para que vea las vueltas que da la vida, Jalkh es ahora contrario a Páez (por considerarse asambleísta de oposición) pero trabajará con Tania”, dijo esta fuente entre sonrisas.

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Cuando Jalkh culminó sus estudios universitarios viajó a Francia, en donde obtuvo varios títulos en Derecho Internacional Público, Penal y de Ciencias Políticas, en la Universidad de París.

A su regreso al Ecuador se instaló en Projusticia, en donde inició un recorrido por la modernización y transparencia del sistema judicial, para facilitar el acceso a la justicia de los ciudadanos.

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Pero con la llegada del gobierno de Rafael Correa, esa entidad se la adscribe al Ministerio de Justicia, el 24 de enero del 2008, y dos años y medio después se la extinguió.

En el decreto 824 se argumentó que el artículo 17 de la Ley de Modernización del Estado dispone la desaparición de entidades que no presten una atención eficiente y oportuna a la sociedad.

Aun así Jalkh aceptó la designación como ministro de Justicia por el presidente Correa el 14 de noviembre del 2007; cargo en el que se mantuvo hasta febrero del 2009, cuando fue trasladado al Ministerio de Gobierno (hoy del Interior), cartera de la que se separó tras los sucesos del 30 de septiembre del 2010, día de la revuelta policial; y entonces pasó a ser el secretario particular del primer mandatario.

Pero su labor en el Ejecutivo se terminó en noviembre pasado, cuando el presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), Carlos Ramírez, decidió postularlo como su delegado en el proceso de designación del Consejo de la Judicatura definitivo, que estará en funciones desde el próximo 28 de enero por los seis años siguientes. Es decir, hasta el 2019.

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No se conoce cómo empezó la amistad de Jalkh con Correa, solo hay detalles de su nexo más allá de la gestión pública. Este último incluso lo acompañó a dar una serenata a su esposa, Raquel Roldán, con la que contrajo matrimonio civil el 29 de octubre del 2009, de acuerdo con una publicación de la revista Vistazo.

Ocho días antes de ese año, el flamante presidente del nuevo Consejo de la Judicatura firmó su declaración juramentada, en la que su patrimonio ascendía a los $ 322.575. En ese documento se reporta que mantenía acciones de supermercados La Favorita por $ 10.300; en Holcim por $ 20.970 y en el fondo de Jubilación de Estados Unidos, CICA por $ 7.800. Su patrimonio actual se mantiene en reserva.

Este funcionario junto con los otros cuatro nuevos vocales de la Judicatura: Tania Arias, Paulo Rodríguez, Ana Peralta y Néstor Arbito fueron designados el miércoles pasado por el Consejo de Participación Ciudadana (CPC) y tendrán en sus manos la facultad de nombrar y evaluar a los jueces y conjueces de la Corte Nacional de Justicia.

María Paula Romo, asambleísta que conoció a Jalkh en su lucha por la independencia judicial en contra de la ‘Pichicorte’, y quien como él colaboró con el gobierno actual, dijo: “Si hace seis años me decían que Gustavo Jalkh va a meterle las manos a la justicia, yo no creía. Más allá de sus méritos personales el que el nuevo presidente de la Judicatura sea el exsecretario del presidente (Correa) es un retroceso para el país”.