Me encontraba en mi trabajo con mis compañeros, y de repente veo en la televisión a dos personas, un hombre y una mujer vestidos con la camiseta de Ecuador, muy sonrientes y alegres.
En la parte de abajo de la pantalla del televisor salía un texto que decía que estas personas eran representantes de Ecuador, y que eran el presidente del Banco Central del país y su esposa. El canal era nada menos que la prestigiosa cadena de televisión CBS. Al ver eso, como ecuatoriano me alegré muchísimo, me decidí, aunque no se podía, a mover el volumen un poquito más alto para saber qué se decía.
Les aseguro que me alegré muchísimo porque pensé que al fin el Ecuador iba a realizar negocios con esta gran nación (los Estados Unidos), pero unos segundos después se desarrolló la noticia y el presentador decía que el presidente del Banco Central del Ecuador venía huyendo de la justicia ecuatoriana, porque había falsificado sus documentos. ¡Qué vergüenza me dio! Mis amigos no se burlaron, me dieron palmaditas en la espalda diciéndome que lo sentían. ¡Qué papelón el de este personaje que debería estar en la cárcel! Una vez más, como siempre, nuestras autoridades responderán que no sabían, como nunca supieron de ciertos contratos, ni de los cheques que se comieron, lo mismo que lo de la narcovalija. Cuánta vergüenza pasamos los que vivimos fuera del Ecuador; cuando vi esta noticia grité: ¡trágame tierra!
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John Mackliff,
Miami, EE.UU.