Más de dos quintales de camaretas se decomisaron la tarde del pasado jueves en el interior de un local de colchones ubicado en las calles Carchi entre 10 de Agosto y Sucre, en el centro de la ciudad.

Freddy Stalin Sarsoza Guerra, jefe policial del circuito Nueve de Octubre, manifestó que con una investigación de inteligencia policial identificaron que ese local se había convertido en un centro de acopio de los materiales explosivos. Además se detuvo a uno de los propietarios del establecimiento para poder investigar más detalles del caso.

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“El operativo se llama Camareta y ya se venían investigando los locales en el sector. Se ha podido ubicar a una persona que estaba encargado de la fabricación de camaretas artesanales”, dijo el capitán Juan Pablo Cerna, de la unidad de misceláneos, quien indicó que incautaron ocho sacos de yute con los materiales explosivos y que fueron trasladados hasta el GIR.

Andrés Proaño, subteniente de la Unidad de Explosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), indicó que las camaretas decomisadas causaban un alto riesgo para los moradores del lugar, ya que tenían en su mayoría pólvora y podría haber producido un incendio que hubiese abarcado más de cuatro viviendas de la zona.

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“Uno de los más peligrosos e inestables son los juegos pirotécnicos, porque tienen pólvora. Estos no necesitan ningún iniciador o alguna mecha para encenderse y comience una deflagración, por eso se considera muy peligrosos”, manifestó el oficial del GIR.

Según esta unidad, se ha decomisado media tonelada de explosivos solo en Guayaquil desde mediados de noviembre por lo que han incrementado los controles.

Uniformados indicaron que realizarán más operativos en los próximos días para evitar que los explosivos puedan causar alguna tragedia. “Ninguna empresa está autorizada para expender material explosivo”, expresó el oficial.

Además indicaron que existen leyes para sancionar el uso y comercialización de materiales explosivos porque hay que precautelar la seguridad.

Según el artículo 25 de la Ley de Defensa contra Incendios, se sanciona con multas de uno a dos salarios mínimos vitales y prisión de seis a quince días a quien se encuentre reventando petardos en las calles sin permiso de la Policía.

Por otro lado, en la Ley de Fabricación, Importación, Comercialización, Tenencia de armas, Municiones, en el artículo 31 establece multas de 1.000 a 5.000 dólares y prisión de tres a seis años a quienes violen el decomiso de los explosivos.

Uniformados indicaron que se están realizando controles, especialmente, en la Bahía para prevenir un incendio masivo como ocurrió hace unos años en el mes de diciembre y que dejó un saldo lamentable de once muertos.

Bodega

En una vivienda del barrio La Libertad, en las calles Yacupugro S9-163 y av. Libertadores, en el sur de Quito, la policía encontró una bodega clandestina de juegos pirotécnicos.

Explosivos

En el sitio se encontraron 2 estructuras de carrizo para armas, castillos, 326 cocos explosivos, 6 rollos de mecha rápida, 200 cohetes de luces, 2 rollos de mecha artesanal y 5 kilos de carbón. Marcelo Granja, propietario del inmueble, dijo que la pirotecnia era de un ciudadano oriundo de Salcedo, Cotopaxi.