Santa Elena tiene un aspecto deplorable. Cruzar por esta población nos sobrecoge a tal punto de que constituyéndose en una capital de provincia tiene aspecto de aquellas localidades con fachada de plazas que se han quedado estancadas en el tiempo.

Solares sin cerramientos, matorrales, calles polvorientas sin planificación ni estética, desdibujan la imagen de una ciudad y, en el presente caso, de una capital de provincia. Francamente se debió haber obrado con sabiduría, raciocinio, para que a este sector se lo convirtiera en provincia, por lo menos debió existir un proyecto de cambio, de gestión positiva para brindarle progreso o un perfeccionamiento que a corto o largo plazo sea una ciudad flamante, para orgullo de los santaelenenses. En mi provincia, Machala, Capital Bananera del Mundo, hace más de quince años lamentablemente por malas gestiones de políticos de turno, por saciar sus intereses no obraron con amor y buena fe y en igual forma se encontraba la ciudad sumida en total abandono. Hoy, mi ciudad magnífica y hospitalaria, se ha convertido en progresista. Ojalá los santaelenenses labren un día no lejano, prosperidad en la Península.

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Tito Fernández Farías,
Machala, El Oro