PATRICIA VILLARRUEL
MADRID.- Para los inmigrantes afincados en España renovar el pasaporte llegó a convertirse en un acto exclusivo de unos pocos privilegiados. Sin empleo y con los bolsillos vacíos, más de uno renunció a obtener el documento que, por el tipo de cambio, alcanzó precios prohibitivos. Hoy muchos ecuatorianos respiran aliviados con la rebaja en el precio de las especies consulares que si bien se aplica en todas las legaciones diplomáticas tiene principal incidencia en países como el europeo con una tasa de paro del 25,02 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).