“Para nosotros ha sido un golpe impresionante”, dijo ayer Pierina Correa Delgado, presidenta de la Federación Deportiva del Guayas (Fedeguayas), al referirse al hallazgo de una fábrica clandestina de municiones que funcionaba en una bodega del complejo de piscinas Alberto Vallarino, de las calles José Mascote y Luque, centro.
El sitio fue descubierto por la policía un día antes, después de ser alertada a través de una “denuncia reservada”. Un parte de novedades de la institución señala que en el sitio encontraron a Marcos Esteban Reyes, de 57 años, abriendo la bodega.
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Al ingresar descubrieron alrededor de 600 vainas calibres 38, 174 ojivas de diferentes calibres, 365 fulminantes de carga, una pistola semiautomática, tres cañones de armas, una pentolita, alimentadoras, 300 cartuchos largos sin percutir, tres fundas de pólvora, dos armazones para armas de fuego; también herramientas para elaborar armas y municiones.
“Estamos conscientes del tremendo peligro que ha implicado vivir el día a día con este tipo de material explosivo en los bajos del graderío, con los niños que tenemos aquí siempre practicando”, indicó Correa.
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Informó que Marcos Reyes (quien se identificó como dueño de la bodega) labora en el complejo de piscinas desde hace diez años y, según la presidenta de la Federación Deportiva, se encarga del mantenimiento de las albercas.
Tras su detención, Reyes mencionó al sargento del Ejército Vicente Raúl Sánchez Nieto como quien le vendía las vainas para recargarlas, por lo que la policía también lo apresó.
Pese a la seguridad que existe en el lugar, se desconoce cómo ingresaban y sacaban los materiales explosivos. Por ello, no se descarta que existan más personas implicadas en el ilícito.