Un total de 420.150 personas emigraron de España entre enero y septiembre, de las que 365.238 eran de origen extranjero y 54.912 españolas.

Desde enero del 2011, un millón de personas han salido del país, debido a la falta de oportunidades y la profunda crisis económica que atraviesa el país, informó ayer el Instituto Nacional de Estadística.

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El saldo migratorio –la diferencia entre los que entran y los que salen— se situó en -137.628 personas.

Los datos ponen de relieve el impacto de la crisis, sobre todo en los inmigrantes, y cada vez más entre los españoles que optan por salir del país en busca de empleo.

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La mayoría de extranjeros llegaron a España en la época del desarrollo económico, hace diez años. Muchos encontraron trabajo en la construcción, un sector actualmente destruido tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y sin que haya una recuperación inmediata.

Se calcula que hay unos 5 millones de inmigrantes en el país, aproximadamente el 12% de la población.

España afronta su segunda recesión en apenas tres años y soporta un desempleo de casi el 25%, que entre los inmigrantes alcanza el 35,8%.

España atraviesa una profunda crisis desde el 2008, que mantiene la economía en crecimiento negativo y ha causado una gran destrucción de puestos de trabajo, con cifras récord de desempleo, que, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), ronda el 25%, más del 50% entre los jóvenes.

La escasez de empleo ha animado a emigrar a otros países a muchos ciudadanos españoles, sobre todo los más jóvenes.