Cuando guayaquileños de nacimiento o de adopción escuchamos las notas maravillosas del Himno a Guayaquil con la inspirada letra de nuestro venerable prócer José Joaquín de Olmedo, sentimos vibrar en nuestros corazones el sano orgullo de la guayaquileñidad, por supuesto, pensando en toda la patria, como en efecto lo hicieron a su debido momento aquellos patriotas guayacos que se tomaron las faldas del Pichincha para terminar para siempre con el coloniaje extranjero.

Por eso no podemos comprender que en la ceremonia castrense, luego del desfile en honor a Guayaquil, por nueva ocasión no se hayan tomado en cuenta las notas de nuestro sagrado símbolo musical y hayan sido sustituidas por el canto Patria, que desde hace muchos años lo cantamos con orgullo en nuestra vida estudiantil y me parece muy bien mantenerlo vigente en las aulas de todo el Ecuador; ¡pero jamás debe ser sustituido, aparte de nuestro glorioso Himno Nacional, con el Himno a Guayaquil precisamente cuando se celebra el aniversario de la gesta octubrina.

Alfredo Minervini Faillace,
asesor técnico, Guayaquil