La autopsia reveló que la muerte de Tamara Lisbeth Chévez Muñoz, de 13 años, se produjo por un edema pulmonar, según Jenny Muñoz, tía de la menor, quien ayer esperaba en la 39 y Portete, en el suroeste de Guayaquil, la llegada del cadáver.
En ese sector vivía Chévez. Según sus familiares, Isabel Vera, tía de la menor, la encontró sin vida en el dormitorio en horas de la tarde del pasado lunes, poco tiempo después de que llegara del colegio.
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Azucena Vera relató que su hermana Isabel comenzó a gritar cuando descubrió que su nieta botaba espuma por la boca. “Se dio cuenta porque metió un perro (al cuarto) para que no se salga, y vio que tenía espuma y empezó a gritar; la sacamos para darle aire”.
Muñoz contó que sacaron a la adolescente del cuarto para tratar de reanimarla, pero que al tomarle el pulso “no había signos vitales”.
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“De ahí mi hermano (Francisco Muñoz, abuelo de la menor) desesperado por recuperarla me dijo que le dé respiración boca a boca; hice el intento cinco veces, pero nada”, recordó Muñoz.
La familia de la adolescente sospecha que alguien le suministró alguna sustancia, lo que le habría provocado, según los parientes, una sobredosis.
Azucena Vera sostuvo que el hermano mayor de un alumno del colegio militar Paco Moncayo, donde estudiaba Tamara Chévez, la llamó para informarle que en septiembre pasado este fue víctima de una sobredosis, por lo que tuvieron que realizarle un lavado gástrico. El joven sugirió que investigara al plantel (ubicado en las calles Guaranda y Cañar), pues en ese lugar le habrían suministrado alguna droga.
La sospecha de una sobredosis aumentó para la familia de la occisa al recordar que el día lunes la menor llegó exaltada a su casa y se mostró muy expresiva con sus parientes, y que después se dirigió a su cuarto.
“Era la primera vez y por eso nos sorprendimos”, indicó Azucena Vera.
Francisco Muñoz recordó que ese día vio a su nieta con tres jóvenes del colegio en las calles Quito y Portete, “y uno de ellos se le abalanzaba a darle besos y ella lo esquivaba”.
Varios estudiantes del colegio Paco Moncayo afirmaron ayer que dentro de las instalaciones hay irregularidades y poco control de las autoridades, y revelaron que algunos alumnos suelen consumir sustancias extrañas en el patio y los baños.
Ronald Cornejo, allegado a los deudos, pidió que las autoridades de educación realicen una investigación en el plantel, pues asegura que al joven que drogaron en septiembre lo hicieron a través de un vaso de cola que compraron en el bar del establecimiento educativo.
“Algún cabecilla debe haber ahí para que haga estas cosas; le da a los hombres a lo mejor para robarles y a las mujeres para ultrajarlas; el mismo hermano del joven (al) que le pasó lo mismo dice, sino que no quiere hablar por temor...”.
Familiares de Tamara Chévez denunciaron el caso en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial del Guayas, y esperan que se investigue el hecho.