AGENCIAS
PARÍS.- La publicación de unas caricaturas del profeta Mahoma en el número de ayer del semanario satírico francés Charlie Hebdo provocó un aumento de la tensión que ha llevado a París a cerrar embajadas, escuelas y centros culturales en una veintena de países por temor a represalias de los islamistas.
Medidas de seguridad similares también tomaron EE.UU., España, entre otros países.
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La nueva polémica se produce un año después de que el medio fuera incendiado tras publicar caricaturas de Mahoma y coincide con un momento particularmente delicado en el mundo islámico, donde la difusión de una película ridiculiza la figura del profeta, lo que ha originado la reacción violenta de grupos radicales que ya han provocado 30 muertos.
Precisamente el temor a esos incidentes violentos llevó al primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, a hacer un llamado a la moderación.
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Más tajante se mostró el canciller francés, Laurent Fabius, quien consideró “poco inteligente” la actitud del semanario. Agregó que la libertad de expresión está garantizada, pero advirtió que “debe ejercerse con responsabilidad y respeto”.
“Tenemos cuestionamientos al criterio que condujo a publicar tales cosas”, dijo también el portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney. Destacó además el apoyo de EE.UU. a la libertad de prensa y advirtió que esos dibujos “no justifican en ningún caso la violencia”.
“Sabemos que esas imágenes resultarán chocantes para muchas personas y podrían provocar reacciones violentas”, según Carney.
Desde la revista se defiende el derecho a la sátira sobre los asuntos de actualidad.
La portada del medio muestra a un musulmán en silla de ruedas empujado por un judío, bajo el título ‘Intocables’, en referencia a la película más taquillera de Francia.
En las páginas interiores hay numerosas caricaturas del profeta Mahoma desnudo. Una de ellas se titula ‘Mahoma: nace una estrella’ y representa a una figura de barba agachándose para mostrar el trasero y genitales, con una estrella cubriendo el ano.
El director de la revista, Stéphane Charbonnier, alias Charb, rechazó que hayan buscado la provocación para incrementar las ventas.
“Ni siquiera habíamos previsto una mayor tirada”, afirmó Charb. Sin embargo, reconoció que después de que los 75.000 ejemplares del semanario se agotaran ayer en los quioscos, han previsto reeditar el número para mañana.
Las reacciones de naciones musulmanas fueron sumamente críticas con la publicación.
“Por supuesto que enojará más a la gente. Aumentará las tensiones que ya son peligrosamente altas”, dijo el jeque Nabil Rahim, un clérigo prominente de los salafistas en el Líbano.
“Trataremos de mantener las cosas pacíficas, pero se puede salir de control. Temo que pueda haber agresiones a extranjeros y esta es la razón por la cual deseo que no persistan con las provocaciones”, comentó.
Francia emitió una advertencia de viaje para instar a sus ciudadanos en el mundo musulmán a estar vigilantes, evitar las reuniones públicas y edificios sensibles, como aquellos que representan a Occidente o los lugares religiosos.
Al mismo tiempo, el país –que cuenta con la mayor población musulmana de Europa occidental– se sumergió en un nuevo debate sobre los límites de la libertad de expresión en una democracia moderna.
El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, aseguró que la polémica publicación complicará la situación en el mundo árabe e islámico.