La semana pasada fui a Machala (provincia de El Oro), la ciudad más ordenada y limpia que he tenido la suerte de encontrar en mi país, el Ecuador.
Fue sorprendente visitarla, hace años estuve en esa urbe a la que con sumo placer admiro enormemente.
Qué milagro sucedió en esta población para hacer despertar a sus habitantes a la extraordinaria realidad en que la han convertido; su gente no echa basura en las calles, se ve que quiere y respeta a su tierra para presentarla como un ejemplo y para que se la admire, con floridas avenidas y calles totalmente pavimentadas.
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No basta con el bello malecón de Puerto Bolívar y sus hermosos restaurantes tan bien atendidos y confortables espacios con hermosa vista al mar.
Los innumerables barcos que transportan los productos ecuatorianos y surcan los mares lejanos aumentan el atractivo de Puerto Bolívar.
Haber paseado por Machala me dio tantas satisfacciones que no me queda más que felicitar a los organismos y ciudadanos que han ejecutado la belleza y el orden de esa ciudad.
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En triste contrate, al salir de esa provincia rumbo a Guayas, se ve en la carretera que conduce al cantón Eloy Alfaro, Durán, basureros en ambos costados de la vía, un ambiente tan descuidado, desagradable, que avergüenza a quienes sentimos amor por este país, y pensamos en el menosprecio que tienen ciertas personas y funcionarios hacia esos entornos, y en sus tristes patriotismos.
Leonor Estrada de Vinueza,
Guayaquil
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