Francisco de la Cruz Cortez, de 28 años; Juan Francisco Tigrero Montalván, de 51; Douglas Stalin Salvador, de 44; y Jorge Glas Viejó, de 72, fueron implicados en los últimos meses de delitos sexuales, en Guayaquil.

La mayoría de ellos permanecen detenidos mientras continúan los procesos judiciales, también fueron, en su momento, fotografiados y presentados a los periodistas.

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Sin embargo, el último mencionado, Glas Viejó, habría tenido un trato diferente respecto a los otros supuestos violadores. El sospechoso no permaneció retenido mucho tiempo para investigaciones a diferencia del resto de señalados, y fue liberado antes de que un juez formalizara su detención.

De la Cruz, por ejemplo, fue capturado en mayo pasado, días después de supuestamente violar y asesinar a una niña de 6 años en la cooperativa Tierra Prometida, ubicada en el noroeste de la urbe.

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El delito ocurrió el jueves 17 de mayo. Luego de la captura, De la Cruz fue presentado a los medios de comunicación, a los que negó lo ocurrido y dijo que había sido obligado a confesar el crimen. Además, la policía lo llevó hasta la zona del suceso para que los moradores lo reconocieran y denunciaran.

Glas Viejó, en cambio, fue detenido el día en que la madre de una alumna de su escuela particular descubrió que la menor estaba embarazada producto de una violación, pero fue liberado minutos después de ser llevado a la Policía Judicial del Guayas (PJ-G).

“Debió haber sido detenido con fines de investigación desde el instante en que ingresó a la PJ, todo esto mientras la madre de la niña lo identificaba como el agresor sexual de su hija, siendo que, con la declaración de la menor, ya había una base legal sustancial para que se gire la orden de prisión preventiva”, dice Pedro Granja, abogado de la víctima.

El fiscal William Aguilar, coordinador de la Unidad de Delitos Flagrantes, explica que en casos de delitos flagrantes los sospechosos son retenidos seis horas para investigación y que cuando se trata de violación no son liberados hasta que sea conocido el resultado del reconocimiento médico legal practicado a la víctima.

“Siempre confiando en lo que nos dice la víctima, si dice que la han violado nosotros damos por descontado que es violación, pero con el reconocimiento médico legal ratificamos lo dicho por la denunciante”, sostiene Aguilar.

Aguilar explica: “Mientras se realiza el examen el fiscal ordena la retención de esa persona por seis horas”. Añade: “Una vez que la evaluación determina que hubo violación “se lo lleva (al sospechoso) ante el juez y se le hace conocer, ahora sí, que esa persona queda detenida, se manda a hacer un parte y posteriormente se hace la audiencia de calificación de flagrancia y medidas cautelares...”.

Pero con Glas Viejó habría ocurrido lo contrario, pues fue liberado antes de que el examen llegara a la Fiscalía. El fiscal Víctor León, quien conoció el caso en primera instancia, alegó que el juez de turno no calificó la flagrancia y que por ello el sospechoso abandonó la PJ-G tras rendir una versión.

No obstante, León explicó que después descubrió indicios y presunciones de responsabilidad y solicitó la orden de detención de Glas, la que fue aceptada por el juez.

“En materia sexual puede ser capturado in fraganti, esto es cuando se lo encuentra violando a su víctima. No obstante, también puede ser capturado in fraganti delicto, cuando en el caso de que el ultrajado sea un niño, con la declaración del menor, aun cuando hayan transcurrido varias horas, incluso días del delito”, dice Granja.

Otro caso

Un caso similar al de Glas se produjo recientemente, pero el procedimiento fue distinto. Stalin Salvador, retenido a las 18:30 del pasado jueves, fue acusado de violar a su hijastra de 13 años una semana antes.

Salvador fue llevado a la PJ-G, pero no fue liberado y la Fiscalía esperó el resultado del reconocimiento médico legal.

Una hermana de la adolescente denunció que su padrastro abusaba de la menor desde que ella tenía 9 años. “Yo denuncié el hecho, pero no tuve el apoyo de mi madre y nadie me tomó en cuenta”, dijo.

Al final, el juez calificó la flagrancia y en la audiencia de formulación de cargos se dispuso la prisión preventiva y el traslado del sospechoso hasta la Penitenciaría.

El profesor Juan Tigrero Montalván fue detenido y procesado en septiembre del 2011 luego de la presentación de denuncias de supuestos abusos sexuales a alumnas de la escuela Shyri y Cacha, en el suroeste de la ciudad.

A pesar de que los ultrajes se venían cometiendo hace un año, el juez de turno calificó la flagrancia y la Fiscalía solicitó la prisión preventiva del acusado, quien negó los cargos.

Otra similitud que guardan De la Cruz, Tigrero Salvador y Glas es que son o fueron personas conocidas cercanas a sus supuestas afectadas. Por ese motivo, según las indagaciones, se ganaron la confianza de las víctimas e incluso de su entorno, para cometer el delito.