Luego de observar la noticia en Twitter de lo sucedido en el matadero central Valley Meat en California, Estados Unidos, se lo comenté a un estudiante de Veterinaria de la ciudad y su opinión de lo que lo sucede en el Camal Municipal de Guayaquil, al cual tiene acceso, tiene mucha similitud.

Si es cierto que los animales no llegan en las condiciones mostradas en el video, en el caso local se dan maltratos como torceduras de rabo, se aplica corriente eléctrica para que no haya montas ni peleas entre animales; se los deja amarrados toda la noche hasta el faenamiento, al día siguiente; y debido tal vez al no conocimiento y mal uso del equipo con el que se sacrifica al animal (pistola de aire), las reses no mueren inmediatamente, pero aun así son guindadas para su procesamiento, previo corte de la yugular (para su desangre), y luego el animal agoniza hasta que muere. Más allá de la crueldad animal está también el aspecto sanitario, no existe un sistema adecuado de refrigeración para mantener la temperatura necesaria durante el faenamiento, tampoco el personal toma las medidas sanitarias, pues lleva la carne al hombro. A los estudiantes se les prohíbe tomar fotografías. Las reses son solo una parte, se da lo mismo con los cerdos. Hacemos un llamado a las autoridades: Municipalidad, ministerios de Salud y de Agricultura, para que tomen medidas correctivas, ya que todo se ve reflejado en la calidad de la carne que se distribuye a mercados populares, tercenas, supermercados.

María Daniela Larrea Izurieta,
Guayaquil