Por Tali Santos
.- La amnistía para el retorno del expresidente Abdalá Bucaram Ortiz ha estado detrás de bastidores de acontecimientos claves en la vida del país desde hace quince años. Ha negociado con presidentes y líderes partidistas en busca de su retorno definitivo.

Del pacto ‘de la regalada gana’ al del ‘hombre sin palabra’
Por estos días en Panamá las lluvias son frecuentes. La Luna, el astro con el que el expresidente de la República Abdalá Bucaram suele conversar en momentos de reflexión, en la madrugada, es poco visible en las noches nubladas. Pero él disfruta de lo que traen los aguaceros cuando el viento silba y penetra a los empinados edificios sembrados en Punta Paitilla, una exclusiva zona residencial de la capital panameña, donde vive exiliado desde hace quince años.

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“Me encanta, parece que lo va a tumbar todo”, dice el exmandatario al cerrar una ventana para callar el sonido del viento, que la tarde del lunes pasado inundaba el departamento que ocupa el segundo piso del edificio Bayside, con vista al océano, antes de dialogar con EL UNIVERSO.

Han pasado quince años y cinco meses desde aquel día de carnaval de 1997, cuando se marchó del país como protagonista de un episodio que marcó el inicio de una década de inestabilidad política: el Congreso Nacional destituyó al presidente de la República alegando que no estaba en goce de sus facultades mentales para gobernar. “Por loco”, se dijo luego en las calles.

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Volvió el 2 de abril del 2005, cuando la Corte Suprema de Justicia llamada Pichicorte, presidida por uno de sus más cercanos colaboradores, Guillermo Castro, declaró la nulidad de los procesos que se seguían en su contra por peculado. Pero se marchó a los pocos días pues, tras la caída del entonces presidente Lucio Gutiérrez, la Fiscalía General pidió reactivarlos.

“Fue una soberana estupidez sacar a Bucaram de la Presidencia y tenerlo quince años y medio exiliado de su patria”, reniega; y agrega que la partidocracia ecuatoriana sufrió las consecuencias. “Se equivocaron, vieron el árbol y no el bosque. ¿Cuál es el bosque?, la democracia, el proceso cultural político del Ecuador en el último siglo”.

Y argumenta su tesis. “En el momento que decidieron tumbar a Bucaram se olvidaron de una premisa: que Bucaram era el freno de la falsa izquierda, de los acomplejados burócratas, supuestamente analistas y filósofos políticos que, llenos de amargura, han buscado durante un siglo llegar al poder para saquearlo, como está sucediendo en este momento”.

“Yo he hecho el verso de una canción: Patria, tierra saqueada. Porque mi Patria está siendo saqueada por la partidocracia que sigue manejando nuestra República. La partidocracia no es amiga de nadie y está en todos los gobiernos, porque solo es amiga de la silla presidencial. Cuando usted ve a un asesor jurídico que calló los asesinatos de los Restrepo, de los Alfaro Vive y la puesta de la droga de Bucaram, habiendo sido asesor jurídico de León Febres-Cordero, usted ya entiende que la derecha plena se ha tomado el poder”.

Una consecuencia de su partida, dice Bucaram, fue el vacío de liderazgo. Y se pregunta: “¿Qué pretendían la derecha y la clase política?, ¿que los pobres del Ecuador, que al igual que los pobres de América Latina, que tienen una mentalidad socialdemócrata, en algún momento iban a ser parte de los partidos de ellos? Eso no ocurrió. Dejaron un vacío de liderazgo tan grande que, ahora, en América Latina, cualquier pendejo es presidente. No importa si es un cura violador, un analfabeto funcional, un desconocido o un militar golpista”.

Ironiza y dice que algo bueno dejó su salida: “Ecuador desnudó en toda su dimensión a la partidocracia... En mi ausencia, el pueblo los vio, se robaron todos los poderes del Estado, el Poder Judicial... Dejaron al país durante ocho meses sin Corte Suprema... En Ecuador se creó la figura jurídica por parte de un señor (Jaime) Velasco: la nulidad de la nulidad, aduciendo que lo actuado era nulo porque esa Corte (la Pichicorte) era espuria... Pues esa Corte emitió 4 mil sentencias y 15 mil notificaciones administrativas judiciales, y solo se anuló la de Bucaram. Si era espuria, ¿por qué no negaron todo?”.

Y habla del actual Gobierno, al que apoyó en los primeros años. “Hemos caído en lo mismo y peor... Hay un control total del Poder Judicial, constitucional y, lo más grave, del poder electoral. Antes había siete partidos en los tribunales electorales, de los más votados, ahora hay solo uno. Eso, aparte de ser una ilegalidad, una tiranía, un monopolio, es una actitud de cobardía, porque un hombre que es hombre pierde con honor antes que ganar con deshonra.

La posibilidad de su regreso ha estado latente durante todos estos años, acuerdos de por medio, ¿una estrategia para mantener el poder de su partido?
Mi hijo Dalito me contó que hizo un acuerdo político y que los cobardes que no tienen palabra de honor no se lo han cumplido. Y yo puedo jurar, por la vida de mis cuatro hijos y de mis once nietos, que el acuerdo (con este Gobierno) se dio a cambio de no participar Bucaram políticamente en el 2009. Y a mí, Abdalá Bucaram, un chiquito que se cree político internacionalista me dijo: ‘Tienes la palabra del presidente’. Yo debí llegar en mayo del 2009, no cumplieron.

¿Cómo fue el acuerdo?
Yo tenía que presentar en marzo una demanda al Tribunal Constitucional, que era el camino; y luego de las elecciones el Tribunal se iba a pronunciar en derecho, porque las personas que hicieron el acuerdo sabían de mi inocencia. A mi hijo le dijo el hombre sin palabra que lo que le han hecho a Bucaram es una canallada, que es un acto de cobardía, que él iba a reparar este error histórico, y traería a Bucaram porque ese fue un golpe de Estado. Sin embargo, pasó mayo del 2009, 2010 y 2011, y no se dio. Y en el 2011 mi hijo ya recriminó, y el cobarde sin palabra le dijo que no le obedecía el presidente del Tribunal (Patricio) Pazmiño, y Pazmiño decía que jamás lo habían llamado.

¿Por qué no lo denunció?
Porque nosotros no somos infidentes... A mí ahora lo que me interesa es que el cobarde sin palabra diga públicamente si es verdad o es mentira. Porque si dice que es mentira, significa que está atentando a mis derechos civiles y humanos como familia. Y yo algo debo hacer. Lo que voy a hacer es entrar al Ecuador, lanzar mi candidatura presidencial, porque yo sé que ningún político en el Ecuador le aguanta un round a Bucaram.

¿Por qué sus bases no lo defendieron en el 97? Cuando lo sacaron no hubo contramarchas.
El problema es económico. Soy el único político que está lleno de deudas y que no tengo dónde caerme muerto, aunque estoy en esta jaula de oro. Para movilizarse se necesita dinero. Somos el partido más honrado, y una prueba de eso es que en el 98 tuvimos que lanzar a Álvaro Noboa. ¿A quién se le ocurre pensar que lo lancé porque era un hombre brillante, un estratega? Todo el mundo sabe que lo lancé porque tenía dinero. Yo ponía al pueblo y él ponía el dinero. No me imaginé que este hombre, el mismo día que proclamamos su candidatura, en el teléfono me decía: ‘¿Sabes que soy el nuevo Velasco Ibarra?’. Entonces me di cuenta de que estaba ante un loco paranoico.

¿Cómo usted con su experiencia no lo pudo detectar antes?
Como no pudo Cristo detectar lo que iba a hacer Judas, lo que hicieron los apóstoles.

La Biblia dice que lo sabía.
Claro que lo sabía, porque era el Hijo de Dios, pero yo no soy el Hijo de Dios... Pero mire usted a mis mejores hombres, cómo me han abandonado... Mire a Marún, ¡millonario!

¿Se siente traicionado?
Mire a mi prefecto (Marcos) Troya, a mi prefecto Montgomery Sánchez, aunque ese tiene el mérito de que me dijo que me iba a dejar; pero los otros fueron parte de un acuerdo, poco a poco, en que fui cediendo mi dirigencia a Alianza PAIS, a cambio del regreso de Bucaram se han robado medio partido mío. Tienen toda mi dirigencia y saben que, volviendo Bucaram, no les quedará uno, todos volverán, porque una cosa es ser el papá de la Patria y otra ser el padrastro de la Patria.

¿Usted aceptaría de regreso a aquellos que lo traicionaron?
Usted debe tener una capacidad de perdón y en la política ecuatoriana, si usted no tiene a una persona, la persona está donde el rival. Eso se llama poder político y usted trabaja con seres humanos...

¿Qué piensa del 30-S?
Creo que intentaron dar un golpe de Estado contra el presidente, y eso es una cosa inadmisible. Aquí vinieron políticos en el 2007 a plantearme a mí, que ante la separación de los 57 diputados, que fue una de las ideas que coordinamos en esa época con Gustavo Larrea (entonces ministro de Gobierno), que ante ese hecho, mi hermana Elsa, que era el voto dirimente (en el Tribunal Electoral que viabilizó la consulta popular para instalar una Asamblea Constituyente y destituyó a 57 diputados de oposición), pues estaban 3 a 3, (yo) garantice el retorno de los diputados; y darían amnistía a Bucaram. Pero yo sabía que su intención era tumbar a Correa, y les dije: Yo me quedo 100 años en Panamá, pero ustedes no van a tumbar a un presidente con mi voto dirimente, y los boté de mi casa... Yo salvé a Correa de que se caiga con el voto de mi hermana. Mire cómo me pagan.

En estas negociaciones con quienes manejan las instituciones, ¿se aprovechan de usted?
Siempre se han aprovechado de mí, porque creo en el ser humano. Nunca me imaginé que (esto) le iba a pasar a mi hijo Dalo. Porque yo tuve tres acuerdos políticos en función de país con el señor Febres-Cordero, que el país los conoce... El pacto de la regalada gana, que fue uno de los acuerdos en función de patria; y ese Febres-Cordero, que es un muerto impune para mí, que para mí fue un hombre que me puso droga..., en los tres acuerdos que hicimos los cumplió como un señor.

¿Se arrepiente de haber sido aliado del Gobierno?
No, yo hago lo correcto.

Reta al presidente Rafael Correa a que lo traiga al país para que compita con él en el camino a las urnas. Dice que le ha copiado, mal, su estilo de hacer política. Que no sería capaz de vencerlo a él si pudiera recorrer el Ecuador y hablarle al pueblo en las tarimas. “Correa es malo en la tarima... A los tres minutos se le va la voz y el discurso copiado de Bucaram... Trata de suplantarme, saca el látigo como yo, canta porque yo canto, come guatita y encebollado...”.

Se dice que nadie le gana.
Porque no está Bucaram, porque mienten con las encuestas, porque hay una pelea injusta y cobarde, $ 300 millones en publicidad, cadenas nacionales, y los políticos no podrán ni hacer declaraciones en campaña.

La lluvia ha cesado aquella tarde de lunes, mira al horizonte. Ha recordado a sus enemigos, los ha imitado en el hablar, recuerda el pacto incumplido. A diferencia del silbido del viento en su casa no lo puede controlar. “El Gobierno ecuatoriano está enfermo de egolatría, está sumido en una enfermedad infantil genética: el odio, con el que no se va a ningún lado. Su realidad es la de Dorian Gray, es el retrato vivo de Dorian Gray”.