Lleva su mano a la frente y se seca el sudor que le corre el maquillaje, tiene sus vidrios abajo porque su auto Fiat Fiorino del 74 no tiene aire acondicionado y los 39 grados de temperatura, el hollín en el ambiente y las bocinas de los buses la estresan.
Es Cristina Podestá, en un embotellamiento en las calles Rumichaca y Sucre, en el centro, el miércoles a las 14:00.
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“Dan ganas de bajarse y dejar el carro tirado”, cuenta desesperada la mujer de 57 años, que dice preocupada que la situación se repite en toda la urbe.
Un equipo de este Diario recorrió e identificó quince sectores caóticos; en algunos como en el puente Portete, av. José Rodríguez Bonín, av. de las Américas y Benjamín Rosales o Isidro Ayora, los embotellamientos los provocan las obras que el Cabildo ejecuta para agilizar el tránsito; como el intercambiador de tráfico de la av. de las Américas y la ampliación de la av. Rodríguez Bonín.
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En los otros puntos se evidencia un excesivo número de vehículos que superan las capacidades de las vías, esto sucede en la av. de las Américas y Luis Plaza Dañín, av. Machala, av. Quito, vía Perimetral y Casuarina, calle Quisquís y Tungurahua, calle Rumichaca y Sucre, Víctor Manuel Rendón y Pichincha, av. Carlos Julio Arosemena, av. Juan Tanca Marengo, además de otros sitios del centro por parqueo en veredas.
Las obras en ejecución son otro intento del Cabildo por mejorar la vialidad en la urbe. El 8 de febrero del 2001 se expidió la Ordenanza de Circulación del Cantón Guayaquil, cuerpo legal de 93 artículos.
A través de ella, el Cabildo empezó a coordinar el tráfico con la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), ahora del Ecuador (CTE), entidad que dejará de operar en el área urbana de Guayaquil en marzo del próximo año, cuando la Municipalidad controle totalmente esa competencia.
Antes de la Ordenanza, en noviembre del 2000, el Municipio creó la Dirección Municipal de Transporte (DMT), encabezada, desde ese entonces hasta la actualidad, por el arquitecto Guillermo Argüello, cuya prioridad fue ejecutar el plan de reordenamiento de tránsito y de la transportación pública.
Argüello explica que el plan vial se refiere a la Red Vial Fundamental (vías principales, denominadas primarias y secundarias) previstas por la Ordenanza del Plan Regulador de Desarrollo Urbano de Guayaquil del año 2000. En esa Ordenanza (actualmente sustituida por la Cootad), en el art. 115 se identificaron los componentes (construidos, a mejorarse y a construirse) de la red.
Doce años después, el director de la DMT rinde cuentas y dice que de los aproximadamente 140 tramos a mejorarse y a construirse, que se detectaron en el 2000, se ha ejecutado más del 80%.
Otra de las acciones a seguir a principios de la década pasada era disminuir los buses, con lo que, en teoría, hoy en día no habría congestionamientos.
Seis años después, en el 2006, llegó la Metrovía con la troncal 1 (Guasmo-Río Daule), tres años más tarde, la troncal 3 (Bastión-centro) que disminuyó aproximadamente 871 buses urbanos (240 troncal 1 y 631 la troncal 3) que circulaban por las rutas que fueron ocupadas por los articulados.
Sin embargo, según la CTG de ese tiempo, el 85% de los buses que salieron por Metrobastión se trasladaron a la Perimetral –vía a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Transporte– que actualmente está congestionada, aunque Argüello sostiene que la saturación obedece a que no ha sido terminada. “Resta por realizarse el arco sur y sureste, sobre el río Guayas, que brindaría acceso a Puerto Marítimo desde el centro y el sur del país”, además –agrega el funcionario–; el crecimiento del tránsito de carga. “Solamente en el 2011 el Puerto Marítimo incrementó sus operaciones en un 8%”.
Junto con la Metrovía, la construcción de la autopista Narcisa de Jesús, los cuatro túneles (San Eduardo y cerros Santa Ana y del Carmen), la av. del Bombero y la ampliación de la Francisco de Orellana, se presentaron como soluciones viales para un Guayaquil, en ese entonces con un parque automotor de 230.000 vehículos.
Han pasado 6 años, los puentes, túneles y autopistas funcionan, pero el caos vehicular no desaparece. Los vehículos se han incrementado. Según la CTE, en el 2008 aumentó a 330.000, para finales del 2011 ya estaba encima de los 370.000 y actualmente la proyección sobrepasaría los 400.000, sin contar los flotantes que se estima son más de 200.000.
A criterio de Rafael Pezo, presidente del directorio de la CTE, “actualmente la demanda vial es mayor a la oferta”.
Una muestra de ello –explica Pezo– es lo que sucede en la av. Carlos Julio Arosemena con la Metrovía. “La Metrovía utiliza un carril exclusivo, de los tres carriles para los vehículos particulares ahora quedan dos. El profesional recomienda tener una visión a futuro del volumen de tráfico y jerarquizar algunas vías de la ciudad.
Para Roberto Yturralde, arquitecto, urbanista y profesor de la Universidad Espíritu Santo, “el progreso le ha pasado su factura a la ciudad”.
Responsabiliza los congestionamientos al incremento de vehículos. Dice que se aumenta el 10% cada año.
Cree que la regeneración urbana, que a su criterio está un poco desordenada, ha reducido el espacio de las calles al priorizar el ancho de las veredas.
Descarta acciones regulatorias como el pico y placa, pues asegura que restringir la circulación no es el camino. “En Quito reconocen que no ha dado resultados”, manifiesta Yturralde, quien señala que se debe plantear una solución global. Está de acuerdo con la Metrovía, siempre que no se detenga su evolución, pero cree que las obras viales que se ejecutan son parciales y no solucionan el problema. “El intercambiador solo transfiere el problema de un lugar a otro”.
El alcalde Jaime Nebot reconoce el incremento de vehículos. “La gente tiene derecho a adquirir un vehículo, esa es la cara buena de la medalla, la cara mala es que se complica (el tránsito)”, menciona y defiende sus obras viales.
“Eso se ha hecho –las obras– ¿y quién debía haber hecho eso, yo?, los que hablan de tránsito deben hacer esas cosas, porque son obras nacionales”, señala Nebot y descarta pico y placa a la vez que responsabiliza a la CTE de parte del problema.
“Vaya al centro, todas las intersecciones están bloqueadas, ¿cómo puede funcionar el tránsito así? Se prende el sistema automático de semáforos inteligentes, pero entran los vigilantes a las 16:00. Acabo de mandar una carta pidiendo que eso no suceda”.
Como en el 2000, Nebot promete mejoras en el tránsito. “Hoy la cosa está un poco alterada, esperemos un poquito hasta octubre que se terminen ciertas obras, sin perjuicio a que hay que seguir haciendo más, estamos empezando otra y muy importante en el paso elevado Casuarina, y que luego veamos funcionar la Metrovía en diciembre, pero entonces vamos a ver la cosa con más calma y con más claridad”.