PATRICIA VILLARRUEL
MADRID.- La sensibilización sobre el proyecto ambiental Yasuní ITT llegó al Consulado de Ecuador en Madrid de la mano de la artista guayaquileña Daniela Guzmán. Durante tres días, la cantante ofreció conciertos acústicos en la legación diplomática en el marco de la iniciativa "Yasuní, símbolo de vida", que tiene el respaldo de la Cancillería.
La artista se desplazó la última semana de junio a España, junto con siete personas, para difundir su experiencia tras visitar este enclave de la Amazonía, que se busca salvar a cambio de una compensación económica internacional, por no explotar crudo en esa reserva.
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Guzmán se entrevistó con representantes de asociaciones de migrantes e interpretó 20 canciones el pasado martes, miércoles y jueves ante los usuarios del Consulado (entre 200 y 300 personas al día).
El primer concierto contó con la presencia de la embajadora Aminta Buenaño. "El Yasuní ITT es un proyecto que Ecuador trata de vender al mundo. Queremos que los migrantes sean voces multiplicadoras de este proyecto emblemático, y España fue el primer país que aportó con un millón de dólares". A más de las canciones "se reparte un folleto y se pone un video del Yasuní".
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También se entregaron lápices, pulseras y stickers promocionales. El material lo provee el Ministerio de Cultura y el de Relaciones Exteriores.
La quiteña Carmen Gondoy no había escuchado antes del Yasuní. "Parece que es una buena idea, pero la verdad es que aquí lo que nos preocupa es la crisis económica".
Guzmán volverá en agosto para replicar la propuesta en Murcia y Barcelona. También actuará en un macroconcierto que la Embajada prepara para celebrar las fiestas patrias.
Del presupuesto para esta actividad no se quiere dar detalles. Guzmán reconoce que "Yasuní, símbolo de vida" es una "idea personal" que ve la luz tras un año de trabajo gracias a la Cancillería y la Embajada de Ecuador en España. El dinero, dice, sale de las arcas de Moonlight Entertainment (firma que la representa) y el Ministerio dirigido por Ricardo Patiño.
"Nosotros apoyamos con la logística, eso tendría que comentarlo con la embajadora", responde ante la consulta María Eugenia Vélez, recién nombrada cónsul adjunta.
Buenaño asegura que "esto todavía no se ha pagado. Como Embajada facilitamos los espacios, apoyamos en las relaciones y buscamos los puntos de contacto. No hacemos el pago porque eso viene desde la Cancillería, en Quito".