Yo tendría unos 9 años cuando me metieron preso la primera vez. Mucha gente debe recordar que Guayaquil era una ciudad tranquila, medio bucólica, con tráfico limitado, y los buses transitaban despacio y cómodamente. Los autos de alquiler estaban estacionados en diferentes y escogidos sitios de la ciudad y se los llamaba por teléfono, o uno se acercaba para una carrera.