Al mediodía de ayer, el silencio dominaba los alrededores de los edificios Riverfront I y II. Apenas se filtraban los gorjeos de unas aves invisibles desde las faldas del cerro Santa Ana y la brisa del río Guayas, atmósfera que configuraba el sitio perfecto para que uno que otro peatón solitario se siente en las bancas exteriores a reflexionar. A lo lejos, decenas de obreros parloteban en su hora de almuerzo.
A esa hora arribaban al frontis de la primera de las dos edificaciones varios propietarios, quienes comprobaban que los departamentos que adquirieron estaban casi listos para empezar a habitar.
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Ese fue el caso de Carmen de Costales, quien al llegar al sitio cotejaba las dimensiones de la construcción con sus pares a los costados y observaba la altura de 12 pisos; miró también los colores de sus paredes y amplitud de sus ventanales. “Lo hice como una inversión, quise tener algo en Guayaquil, me gusta la ciudad y solo somos tres personas”, señala la propietaria, nativa de Quito.
Ella dijo que todavía finalizaba unos últimos trámites con Pronobis, empresa impulsadora del proyecto, pero que espera terminarlos en unos pocos meses. Remarcó que fue una decisión en que pesó mucho la salud de su esposo, respecto a que el clima de Guayaquil y el entorno del sitio le favorecerían.
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“Este es un sector paradisíaco para mí, es algo maravilloso e incomparable la inmensidad del río y el cielo, uno siente mucha paz, para vivir es genial”, expresó su madre, Ada Carvajal, al salir emocionada después de recorrer las instalaciones y fotografiar sus exteriores.
Las edificaciones forman parte del proyecto inmobiliario Ciudad del Río, situado junto a Puerto Santa Ana, el cual a diferencia de su vecino (financiado por el Municipio de Guayaquil y al que le ha costado vender las propiedades en sus seis edificios), apenas finalizada la obra civil, ya empieza a recibir a sus primeros ocupantes.
Otra propietaria, que prefirió el anonimato, aseguró que estaba sorprendida al ver de cerca el proyecto. “Está muy bonito, es muy especial y tiene mucha visión para haber desarrollado algo así, recién están finalizando las últimas cosas, me gusta muchísimo”, sostuvo y agregó que pese a que su propiedad es ‘pequeñita’ tiene vista al río.
El presidente de Pronobis, Sergio Torassa, indicó que se inició el proceso de escrituración en la última semana de mayo, por lo que de todas las entregas realizadas ya hay cuatro familias viviendo ahí.
“Son obras de las que estamos orgullosos, en la medida que crean realidades espléndidas, en lo formal, acogedoras y prácticas para quien las usa, además de sostenibles y respetuosas con el entorno”, comentó.
Los dos edificios Riverfront están conformados por 279 suites y 18 locales comerciales, además del área de parqueos.
El proyecto se completa con un hotel y otros dos edificios. Su inversión es de $ 141’268.411 para levantar 128.698 m² de construcción distribuidos en 1.743 unidades inmobiliarias.
A las 12:45 la paz en los exteriores empezó a modificarse: los obreros del edificio de 34 pisos The Point (es el símbolo del sector y se entregará a finales de año) retomaron sus labores e irrumpieron con sus martilleos y chirridos de soldadura.