Por Jorge Barraza (jbarraza@uolsinectis.com.ar)
.- Pese a la terrible coyuntura económica que azota a Europa, la Eurocopa de selecciones mantiene su atractivo de mini-Mundial. Sigue ostentando el glamour de los grandes torneos. La primera edición en la siempre olvidada Europa del Este despierta el orgullo de dos pueblos eslavos. Polonia, según estimaciones periodísticas o bancarias, invirtió entre 20.000 y 27.000 millones de dólares para arreglar la casa y recibir al mundo de punta en blanco.