EFE
BUENOS AIRES.- Las ruidosas protestas con cacerolas en las calles de Buenos Aires volvieron ayer a registrarse, por tercera semana consecutiva, con manifestantes que reclaman cambios en las políticas de la presidenta argentina, Cristina Fernández.

El 'cacerolazo' fue convocado a través de las redes sociales y del sitio de internet Argentinos Indignados, en el que se convoca a protestar "sin violencia" ni "banderías políticas".

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Las protestas se iniciaron en algunos barrios de la capital argentina y también se trasladaron, como la semana pasada, a la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo argentino, donde varias decenas de personas, según imágenes de la televisión local, acudieron con banderas argentinas.

Las manifestaciones empezaron hace tres semanas, con foco en las restricciones impuestas por el fisco a la compra de dólares, pero ahora incluyen protestas contra las trabas al comercio exterior, contra la impunidad, el autoritarismo y las políticas sociales.