El Día Mundial del Reciclaje se instituyó a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura con la finalidad de impulsar este proceso de reutilización de materiales.
Reducir, reutilizar y reciclar son las claves para este proceso. Green Vox es una de las empresas que se encargan de capacitar en temas ambientales a varias instituciones educativas. Además, capacitan a varias empresas en la reutilización de sus desechos.
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Roberto Morales, gerente de Green Vox, explica que en Guayaquil hay un déficit de políticas ambientales por parte del Municipio y añade que se necesita un trabajo desde el hogar.
“El mejor educador para una familia son los niños. Ellos lo que aprenden lo replican en la casa”, señala Morales. En sus capacitaciones ha evidenciado cómo poco a poco las familias se han ido involucrando con el reciclaje.
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Dentro de la comunidad el trabajo debe ser entre los chamberos y la comunidad, debido a que si hay una debida clasificación de materiales ellos ya no tendrían que romper las fundas de basura y esparcir los desperdicios, explica Morales.
Entre los proyectos de esta empresa se encuentran el de instalar estaciones de reciclaje hechas de envases de tetrapack. Además de trabajar en conjunto con el Ministerio del Ambiente para distintas tareas ecológicas.
Desde sillones hasta pendrives son algunas de las cosas que se pueden elaborar con los desechos de las empresas. Con lonas publicitarias se pueden realizar carteras y recuerdos empresariales, manifiesta el gerente de Green Vox.
Entre los materiales que se pueden reciclar se encuentran: cuadernos, plástico, periódicos, papel bond, cartón, etcétera.
Educación ambiental
“Los establecimientos educativos deben priorizar la educación ambiental”, señala el coordinador general del colegio Ecomundo, César Coffre.
La creación de 25 islas de reciclaje a lo largo del patio del plantel fue una de las opciones que manejaron para fomentar la cultura ecológica. En cada estación hay tachos de color blanco que se destina para recibir papel; verde, para productos no reciclables; y azul para plásticos, vidrios y latas.
“Los estudiantes de cursos superiores se disfrazaron de mimos y se colocaron en cada una de las estaciones. Los más pequeños tenían que depositar los desperdicios en el tacho correspondiente para que el mimo les regalara una sonrisa, caso contrario, el personaje entristecía”, explica Coffre.
Al finalizar la jornada se recogen todos los materiales y se los entrega a las empresas recicladoras.
Coffre señala que el proceso es permanente ya que cada vez se debe innovar. “Los chicos son cada vez más críticos y necesitan que las cosas sean más lúdicas. Todo debe ser de acuerdo a la edad”, añade el coordinador.
Lectores
Entre las opciones que dan varios lectores de Viva Alborada se encuentran el elaborar campañas de difusión en radio y televisión, además de sancionar a los moradores que no cumplan con la clasificación de materiales en sus hogares.
“Todos los habitantes deberíamos aprender a reciclar porque de esta manera ayudamos al planeta y a nosotros mismos”.
María José Cedeño
Moradora de la Alborada