Un incendio registrado a las 23:45 del miércoles destruyó un taller de tapicería ubicado en las calles Portete y la 39, en el suburbio de Guayaquil. El fuego consumió las herramientas del local y amenazaba con expandirse a las casas aledañas.

Al observar el humo producido por el incendio, María Freire avisó a su madre, quien administra un negocio de telefonía junto al local perjudicado, y salieron a la calle para pedir ayuda y ponerse a buen recaudo.

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Los moradores se ubicaron afuera del local afectado, pero no podían ayudar debido al peligro que significaba el levantar la puerta del local que se estaba incendiando.

Varias unidades del Cuartel 28 del Cuerpo de Bomberos acudieron al sitio del incendio y controlaron la situación, evitando que las llamas se expandan.

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"Lamentablemente el material de fácil combustión destruyó todo lo que se encontraba en el interior del local", indico José Luis Páez, jefe de la Cuarta Brigada del Cuerpo de Bomberos.

Al retirarse los bomberos, Teófilo Chiquito, dueño
del local afectado, ingresó al taller y sacó de un lugar secreto un
dinero que tenía guardado y que no se había incinerado.

"Todo se
ha producido por un corto circuito en el medidor de luz; pedí a la
empresa eléctrica que lo revisaran, pero no lo han hecho. Todas las
herramientas se han quemado, tenía que entregar varios trabajos que me
habían encargado", dijo el perjudicado.

Efectivos de la Policía Nacional se encargaron de limitar el acceso de personas extrañas, para evitar que se cometan actos vandálicos y saqueos. "Hemos dispuesto que varios uniformados se queden para precautelar de la delincuencia los locales, y se lleven lo que no les pertenece", dijo el teniente Ángel Andrade.