AFP
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI suplicó paz y reconciliación para el mundo y en especial para Siria, Tierra Santa y África, tras celebrar ayer en la plaza de San Pedro la misa de Pascua, la principal fiesta del cristianismo a la que asistieron unas 100.000 personas.
"Que en Siria cese el derramamiento de sangre y se emprenda sin demora la vía del respeto, del diálogo y de la reconciliación, como auspicia también la comunidad internacional", clamó el papa durante su mensaje Urbi et orbi (A la ciudad y al mundo), pronunciado desde el balcón de la basílica de San Pedro.
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"Que los numerosos prófugos provenientes de Siria y necesitados de asistencia humanitaria encuentren la acogida y solidaridad que alivien sus penosos sufrimientos", dijo el papa.
El pontífice condenó las discriminaciones y persecuciones que padecen los cristianos, en particular en Medio Oriente.
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"Cristo es esperanza y consuelo, de modo particular para las comunidades cristianas, que más pruebas padecen a causa de la fe, por discriminaciones y persecuciones", dijo.
Como es tradición con ocasión de la Pascua, el papa instó a la comunidad internacional a movilizarse contra las guerras y conflictos que azotan al planeta y reiteró que la Iglesia "está cercana a cada situación humana de sufrimiento e injusticia".
Al enumerar los conflictos más graves, se refirió de nuevo a Tierra Santa y pidió que "israelíes y palestinos reemprendan el proceso de paz".
La oficina de prensa del Vaticano confirmó que el papa realizará del 14 al 16 de septiembre próximos su primera visita a Líbano y segunda a Oriente Medio, después de haber viajado en el 2009 a Jordania, Israel y los territorios ocupados.
El pontífice mencionó también la grave situación que atraviesa Mali, donde una junta golpista se ha comprometido a traspasar en dos semanas el poder a los civiles, cuya prioridad será intentar pacificar el norte del país, en manos de rebeldes tuaregs e islamistas.
"Que a Mali, que atraviesa un momento político delicado, Cristo glorioso le dé paz y estabilidad", dijo tras condenar la violencia en Nigeria, "escenario en los últimos tiempos de sangrientos atentados terroristas", como la explosión, ayer, de una bomba frente a una iglesia en la ciudad de Kaduna dejando 20 muertos y numerosos heridos.
"Que la alegría pascual le infunda las energías necesarias para recomenzar a construir una sociedad pacífica y respetuosa de la libertad religiosa de sus ciudadanos", agregó.
Vestido con hábitos litúrgicos dorados, en señal de fiesta, el papa ofició ante cardenales y obispos la misa del domingo de Pascua en una plaza resplandeciente por el sol y adornada con más de 40.000 flores enviadas de Holanda, entre ellas 1.000 orquídeas blancas.
Benedicto XI, que acaba de festejar siete años de papado y que cumplirá 85 años de edad, pronunció su mensaje en italiano, poco antes de dar la bendición a los católicos del mundo, durante la cual deseó "feliz Pascua" en 65 idiomas, entre ellos árabe, japonés y guaraní.
El acto fue transmitido en vivo por numerosos canales de televisión del mundo. La bendición Urbi et orbi solo la pronuncia el domingo de Pascua y en Navidad, y concede la indulgencia a los fieles que la reciben, incluso a través de medios de comunicación. El papa partió luego hacia Castelgandolfo, la residencia veraniega de los pontífices, en las afueras de Roma, para unos días de descanso.