Miles de inmigrantes acudieron el sábado al encuentro con Rafael Correa esperanzados en escuchar acciones concretas que frenen los desahucios en España. El presidente les dijo que las puertas del país están abiertas para los que quieran regresar, habló de ampliar la asesoría legal de los consulados y anunció que estudia medidas para denunciar la Ley Hipotecaria española ante las instancias internacionales porque viola los derechos humanos. Después, durante una hora, se dedicó a cantar.
La capacidad del auditorio de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense resultó insuficiente. La Secretaría del Migrante calculó una asistencia de 900 personas pero llegó el triple.
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El programa previsto se redujo por el retraso del mandatario y el cambio de escenario. Una decena de grupos artísticos no pudo actuar esa noche.
Correa llegó a la cita al compás de las notas de la canción Patria. Eran las 22:00. Tras un breve repaso a la agenda en Turquía y en tierras ibéricas, arremetió contra la prensa del país europeo.
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Criticó que en los medios se hable de violación de derechos humanos en el país y no de la problemática de los hipotecados que pese a perder sus viviendas, mantienen una deuda con el banco. “Eso sí es una violación a los derechos, pero no hay una campaña de la prensa para informar sobre eso”, dijo.
La Ley Hipotecaria española, agregó Correa, transfiere “todo el riesgo de la contratación al ciudadano”, pese a que “en todo país del mundo se exige que con la entrega de la garantía se acabe la deuda”.
Lo mismo expresó en una rueda de prensa con su homólogo español, Mariano Rajoy, pero ante los migrantes advirtió que estudia fórmulas para denunciar “esta injusticia” ante organismos de DD.HH.
Sus palabras no convencieron a activistas como Aída Quinatoa, presidenta de la Coordinadora Nacional de Ecuatorianos en España (Conadee) y representante de los afectados por las hipotecas.
En su intervención de 15 minutos, Correa no habló del proyecto de ley que se tramita en la Asamblea para evitar que entidades financieras españolas cobren sus deudas con bienes que los acreedores poseen en Ecuador. “Es una normativa necesaria que serviría de verdad a los migrantes, pero ni siquiera se ha referido a ella”, se lamentó, al cabo del concierto que duró hasta medianoche.