PATRICIA VILLARRUEL
MADRID, España.- Quito es, seguramente, más conocido por el patrimonio de su centro histórico, de los más grandes y mejor conservados de América Latina. Lo es menos su patrimonio arqueológico. Esta situación, sin embargo, puede empezar a cambiar gracias al VII Premio Internacional Reina Sofía de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, que hoy recibió en Madrid el alcalde de la capital ecuatoriana, Augusto Barrera.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) ha reconocido la gestión del proyecto arqueológico Tulipe por parte del Instituto Metropolitano de Patrimonio del Municipio de Quito.
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La decisión del jurado fue unánime. La excavación, restauración, difusión, publicación y construcción del museo de sitio pero, sobre todo, el empoderamiento de la población en ese proceso merecía el galardón en la categoría de Patrimonio Material que Barrera recogió de manos de la Reina Sofía en la Casa de América.
Tulipe (en quichua significa agua que baja de las tolas) es un escenario cultural y natural donde subsiste un conjunto armónico y geométrico de estructuras de piedra en forma de piscinas y que entre los años 400 a.c. y 1660 d.c. se asentaron los Yumbos (término utilizado en la Colonia para referirse a los indios provenientes de zonas subtropicales y tropicales, ubicadas al oriente y al occidente de Quito). Los vestigios hallados demuestran que se trataba de un pueblo con conocimientos de astronomía, arquitectura, geometría y manejo del espacio.
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En la actualidad, 93 familias viven en el emplazamiento situado a 70 kilómetros de la capital, cerca de Nanegalito. Todos sus habitantes participan de la gestión del proyecto lo que ha permitido "el mejoramiento de las infraestructuras, de la dotación de agua potable, del alcantarillado y de los accesos viales", explica el burgomaestre. "El museo administrado por la comunidad es el símbolo más evidente de los esfuerzos conjuntos para cuidar y mantener los testimonios del pasado", añade.
La reconstrucción del Valle Sagrado de Tulipe acumula tres décadas. Desde 1979 hasta 1995 corrió a cargo del Banco Central. En ese período se invirtieron $ 700.000. De la segunda fase se ha encargado el Municipio de Quito cuya aportación asciende a 1'200.000. Los 40.000 dólares del premio se destinarán a emprender una investigación sobre la medicina ancestral y a la construcción de un centro de salud para la comunidad.
Para el secretario de Estado para Iberoamérica y Cooperación, Jesús Manuel Gracia Aldaz, el proyecto quiteño es un "referente de la arqueología subtropical" del país. El premio, en su opinión, "supone un reconocimiento a un conjunto monumental único en su género, no sólo en Ecuador sino de toda el área andina".
Barrera cree que el galardón va a "reposicionar al lugar como epicentro de turismo cultural y fortalecerá el trabajo de recuperación arqueológica y de mantenimiento del patrimonio".
Holger Jara, arqueólogo que ha participado en el proyecto, teme que una eventual avalancha de visitantes pueda afectar al entorno "frágil" y, en ningún caso, destino para un "turismo masivo" sino más bien "educativo y especializado". El lugar recibe alrededor de dos mil personas al mes. En los años 80, recuerda Jara, "no querían ir ni los dueños de los terrenos".
Puntuales
Postulantes: Al galardón se presentaron 32 candidaturas de once países latinoamericanos.
Más reconocimientos: En la categoría de Patrimonio Inmaterial el premio recayó en la Venerada Irmandade de Nuestra Señora do Rosario dos Homens Pretos de Morro Vermello en Minas Gerais (Brasil).
Menciones honoríficas: El jurado quiso reconocer, también, el Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos (Bolivia) y la Universidad Federal do Río Grande do Sul (Brasil).