Un largo feriado invita a abandonar la ciudad en busca de tranquilidad, diversión y descanso. De todos depende que estos días sean de alegría compartida y no de incomodidades ni tragedias.
Es pues, también, una época de precauciones, por ejemplo, saber con anticipación qué tipo de transporte usará. Si es un carro particular, asegurarse de las buenas condiciones del vehículo; si se trata de transporte público, comprar los boletos con anticipación y cumplir con la obligación ciudadana de exigir al conductor que respete la disposición de no parar en la carretera para coger más pasajeros. Es muy importante cerciorarse de que su casa en la ciudad queda segura y protegida. Y que en su lugar de destino tiene alojamiento previsto.
No hay que olvidar que ya en el sitio elegido tiene obligaciones para conservar el lugar: no echar la basura en cualquier parte, no estacionar donde se obstruye el paso de los otros y tampoco hacer ruido que mortifique a los demás.
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Es una buena oportunidad para disfrutar, pero también para practicar normas de convivencia social.