Definitivamente en este país el irrespeto a la ley parece ser que se ha vuelto algo tan común, que ciertas autoridades se hacen las desentendidas y permiten que se vulneren los derechos de los ciudadanos.
El año pasado al entrar en vigencia la Ley Antimonopolio se abolieron las famosas tarjetas de comisariatos, o más conocidas como de fidelización; pero ocurre que cuando usted concurre a los autoservicios se encuentra con la novedad, en primer lugar, de que ve dos precios en las perchas (cuando tiene la suerte de que los hayan colocado); hay un precio de afiliado y otro de venta al público.
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Me pregunto, por lo tanto, ¿qué pasa con las autoridades que no hacen cumplir la ley?
Para rematar, ciertos bancos que emiten tarjetas de crédito asociados con supermercados cobran por la renovación de tarjetas la cantidad de 55 dólares en lo cual se asume que está considerada la afiliación al referido autoservicio.
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¿En qué quedamos?, ¿siguen o no vigentes las famosas tarjetas de fidelización?
Luis Vizuete Santos,
ingeniero comercial, contador, Guayaquil