Hay negocios de comidas en Urdesa, donde con música a todo volumen o con altoparlantes promocionan sus productos y arman escándalos sin importarles que afectan la salud del vecindario.
Hay ciertos locales sin puertas donde cantan, tocan música todo el día, especialmente en la noche y madrugada. En diciembre un local puso a un tipo con micrófono promocionando pollos fritos, y el volumen era tan fuerte y terrible que mantuvo a las familias con dolor de cabeza; ni siquiera respetaron que en los alrededores había una persona anciana enferma en agonía.
Lo que les importó fue vender y se osaban en vociferar por micrófonos que eran amigos y estaban bien “cuidados por la policía”, que brilló por su ausencia.
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Pedro Morales,
Guayaquil