BBC-AGENCIAS
BUENOS AIRES.- Son dos mujeres, políticas, argentinas, con un capítulo garantizado en la historia de su país. ¿Se puede comparar a Eva Perón con Cristina Fernández? No hay un consenso sobre el tema, pero sí una coincidencia de cómo una lleva de alguna manera hacia la otra y cómo la similitud ha llevado incluso a que a Cristina, como la llaman los argentinos, la consideren la Eva Perón moderna, aunque ella lo niegue, pese a que, no obstante, emula su figura, inauguró murales en su honor y en el 2010 la declaró Mujer del Bicentenario, mediante el Decreto 329, en el contexto de los festejos por los 200 años de la Revolución de Mayo.

La alusión a la segunda esposa del tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón no es ociosa: Fernández no solo ha heredado de la "abanderada de los humildes" su liderazgo político y sus dotes como oradora, sino también la coquetería y la afición a la moda. Fernández, de 54 años, también ha sido identificada con Hillary Clinton, esposa del expresidente estadounidense Bill Clinton, pero a la argentina no le gustan las comparaciones.

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Como su antecesora, la identificación de Cristina con los sectores populares, a quienes ha dirigido sus programas sociales, ha catapultado esa imagen y figura que se confirmó en octubre pasado cuando ganó la reelección presidencial en primera vuelta. La última muestra de apego por la mandataria se dio desde la noche del pasado martes, cuando sus seguidores permanecieron en vigilia al pie del hospital, donde fue intervenida de un cáncer de tiroides, que ayer fue descartado.

"Cristina, Dios y Néstor te cuidan", "Fuerza, Cristina", rezaban los carteles, a los que acompañaban la venta de camisetas y souvenirs con fotos de ella, así como imágenes de Jesucristo y la Virgen de Luján, patrona de Argentina, y un muñeco de Néstor Kirchner, expresidente y esposo de la presidenta, fallecido en el 2010.

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El apoyo incondicional entre millones de sus seguidores tiene origen en los onerosos recursos que el Estado destina al gasto social, apoyado en el crecimiento económico del país, que, tras la crisis del 2001, entre el 2002 y 2011 creció en el 94%, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, apuntalado en las exportaciones y los altos costos de los granos o cereales.

El gobierno de Kirchner y Cristina presidió sobre un enorme incremento en gasto social, así como en ingresos fiscales. El ingreso del gobierno subió de 15% del PIB en el 2002 al 23,4% en el 2009. La gran mayoría de este aumento ocurrió en el 2005.

El fuerte de Cristina, que asumió su primer mandato en el 2007, ha sido el impulso a los programas sociales. Planes como de Asignación Universal por Hijo, en el 2009, con el propósito de reducir la pobreza, dirigido a unos tres millones de argentinos, o el de Seguridad Alimentaria, que asiste a más de un millón de personas, mientras que el plan Nacer, para atención gratuita a mujeres embarazadas y niños hasta los 6 años de edad, alcanza a 1 millón y medio de beneficiarios.

Analistas ven en Cristina similitudes con Evita, que lideró en 1946 el voto femenino, luego de que su esposo asumió la presidencia. Ambas tuvieron como pareja a presidentes, han concentrado la atención de los argentinos y las asemeja un discurso emotivo con ideología social, con planes de seguridad y atención a la pobreza.

Cristina, por ejemplo, en su afán por llegar a los desposeídos para asegurar su aceptación impulsó planes como Carne y Pescado para Todos, Merluza para Todos, Cerdo y Lácteos para Todos, que consisten en camiones que reparten a bajos precios esos productos en barrios de la capital y el país.

También abona a la educación. Según datos oficiales del gobierno, en el 2010 se asignó un presupuesto de 4.904 millones de dólares, el 38% más que en el 2011. En el mandato de Kirchner y de Cristina se redujo al 2,4% la indigencia en la que vivían unos 10 millones de argentinos, según la página web de la Presidencia.

Los analistas consideran que esos planes motivados en políticas asistencialistas como en su tiempo lo hizo Eva Perón fortalecen la izquierda populista en Sudamérica.

"Esa izquierda populista ha sido una característica de nuestra política (en América Latina) en todo el siglo XX y esta parte del siglo XXI", con una fuerte presencia del Estado y del partido oficial, refiere el profesor de Relaciones Internacionales Carlos Romero, de la Universidad Central de Venezuela.

Por el momento, el populismo llevado adelante por los gobiernos latinoamericanos continúa rindiendo sus frutos a nivel económico, "pero ¿hasta cuándo?", se preguntó Everaldo Moraes, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia. "Mientras se mantenga el crecimiento. Cuando el crecimiento se estanque, ahí va a ser más difícil mantenerlo".

Desde el punto de vista político, para Romero el triunfo de Cristina en la reelección dará la pauta para "determinar hacia dónde va el proceso argentino, si va a consolidar su gobierno de izquierda moderada al estilo de Brasil o acompañará la senda radical" de Venezuela.

Alberto D. Rotman, líder del grupo Unión Cívica Radical, señala que es penoso ver cómo el gobierno de Cristina se desliza a dejar de lado la democracia plena en nombre de un falso progresismo.

Cristina estudió Abogacía y durante la etapa universitaria militó en el Frente de Agrupaciones Eva Perón, que luego se fusionó con la Federación Universitaria por la Revolución Nacional como Juventud Universitaria Peronista.

La mandataria llegó al poder tras dos décadas de caminar por la política a la sombra de su esposo, cuya imagen, también, aún hace presente en muchas de sus apariciones públicas.