1
Nuevamente verso a verso
ante el pueblo ecuatoriano
vuelvo a testar soberano
por el Diario EL UNIVERSO.
Sobre lo bueno y lo adverso
cumplo hoy el mandamiento
de dictar mi testamento,
camaleónico y complejo
me pongo frente al espejo:
yo Dos mil once Año Viejo.
2
En medio de malestares
del ¡blablablá! y de la troncha
la humanidad se me enroncha
en este mar de pesares.
Me voy entre malabares
y que lo escriba el notario:
pues dejo sobre el santuario,
visas falsas a montones,
y me llevo los millones
de críticas al calvario.
Publicidad
3
Me han puesto sobre esta cancha
y en retirada me bato
entre la muerte y el rato
de hazmerreir que se ensancha.
La delincuencia me arrancha
el reloj y el pantalón,
y otra vez el sarampión
me apareció en el camino
y hasta la rabia se vino
a abrirme más el panteón.
4
Qué me quemen por favor
yo mismo lo estoy pidiendo
porque les quedo debiendo
la existencia superior.
Juan Pueblo del Ecuador
tú mi deudo “namber guan”,
aguardiente en vez de pan
de la “guanchaca” barata
te di como mata rata,
la última juma y ¡pandán!
Publicidad
5
A dónde me quejo entonces
de las garras del delito
si resulta facilito
padecer duros desgonces.
Si me apodan Dos mil once
y algunos me lanzan flores,
es que gozan mis favores
en el circo del poder
así ganan mi querer
mis deudos aduladores.
6
Dejo todos mis cepillos
de la derecha a la izquierda
malgastados y sin cerdas
como en indias conejillos
Y dejo mis calzoncillos
para hacer una subasta
si es que el petróleo no basta
para mejorar la vida
del pobre que sin comida
la barriga se la rasca.
7
Y si me piden ají
para que sea picante
este menú en la menguante
donde me queman a mí.
Pues se los dejo a Dahik
en libertad diligente
al encontrarlo inocente
de manera persuasiva
de la prisión preventiva
que lo devuelve sonriente.
8
Dejo lo que hoy me resulta
asunto de no creer
que desde el alto poder
convoquen a un consulta.
De toda esta herencia culta
que descargan mis espaldas
dejo entre verdes guirnaldas
La Concordia al natural
y el libro “lugar natal”
que hace rebelde a Esmeraldas.
9
No se arredren por las quejas
que le prodigo a la audiencia
para tocar la conciencia
De mios ariscas ovejas.
Ahíe les dejo tras las rejas
a un presunto delincuente
con fama de prominente
Oficial de Policía
que se enredó en la jauría
de la droga maldiciente.
10
Se hunden las economías
de naciones poderosas,
detrás de atractivas rosas
se marchitaron los días.
Me santiaguo ¡Ave María!
cuando le paso revista
a la fauna guerrerista
que se gasta la fortuna
y no nos deja ninguna
esperanza pacifista.
11
Ya siendo el escalofrío
al tiempo que calentura,
me espera la sepultura
testando en el extravío.
Ahí te dejo Pueblo mío
mi azarado ñaño “Juan”
el rosario en el desván
y “la oración del olvido”,
nunca te des por vencido
¡resurge ya desde el plan!
12
¡Viejo, hijo de la flauta!
me empiezan a maldecir
ya no me quieren oír
ni el cristiano ni el amauta.
¡Ojo vivo en esta pauta!
antes que prendan la mecha
les pido seguir la fecha
del porvenir optimista,
hoy me marcho, ¡hasta la vista!
repártanse esta cosecha.
13
No se apiadan del anciano
ni soportan mi esqueleto
me despiden por decreto
como a cualquier ciudadano.
Dejo mi derecho humano
aunque mi cruz nos se alivia
y me conduelo de Libia
donde el odio entronizado
muchas vidas ha cobrado:
“no matar dice la Biblia”.
14
Con semejante inventario
de sucesos e ironías
salgo por todas las vías
huyendo de este escenario.
Pero como es necesario
poner la firma y la impronta
mi pluma sí se confronta
al cumplir el compromiso
de desear que el paraíso
sea la verdad más pronta.
15
Estoy listo ya me dieron
los santos óleos, ya puedo
dejar entuertos y enredos
que en el papel me pusieron.
Todo lo que me pidieron
difícilmente me alcance
para dejar un balance
de lo austero sin el lastre
sobre este cajón de sastre
que me trastoca el avance.
16
Pero dejo sin embargo
en el túnel una luz
para que suban al bus
del progreso en viaje largo.
La tarifa es sin recargo
mientras me voy en veloz
vuelo sin retraso y ¡ploss!
Me he convertido cenizas,
y les dejo las nuevas brisas,
que les vaya bien: ¡Adiós!
17
No se apiadan del anciano
ni soportan mo esqueleto
me despiden por el decreto
como a cualquier ciudadano.
Dejo mi derecho humano
aunque mi cruz no se alivia
y me conduelo de Libia
donde el odio entronizado
muchas vidas ha cobrado:
“no matar dice la Biblia”.
18
Con semejante inventario
de sucesos e ironías
salgo por todas las vías
huyendo de este escenario.
Pero como s necesario
pone la firma y la impronta
mi pluma sí se confronta
al cumplir el compromiso
de desear que el paraíso
sea la verdad más pronta.
19
Estoy listo ya me dieron
los santos óleos, ya puedo
dejar entuertos y enredos
que en el papel me pusieron.
Todo lo que me pidieron
difícilmente me alcance
para dejar un balance
de lo austero sin el lastre
sobre este cajón de sastre
que me trastoca el avance.
20
Pero dejo sin embargo
en el túnel una luz
para que suban al bus
del progreso en viaje largo.
La tarifa es sin recargo
mientras me voy en veloz
vuelo sin retraso y ¡ploss!
me he convertido cenizas,
y les dejo nuevas brisas
que les vaya bien: ¡Adiós!
EL COMPADRE GARAÑON