Wilson Sedamanos asegura que la fe en el Divino Niño aumentó tras el incendio en la Bahía de diciembre de 1997. Recuerda que la imagen que está en una urna en la Bahía de Huayna Cápac, donde se inició la tragedia, solo sufrió leves daños y su traje de seda quedó casi intacto.

Sedamanos perdió en este incendio a su hermano mayor José Gastón Jaramillo, quien falleció con sus hijos Byron y Daniel Jaramillo.

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“Fue duro superar esos momentos, nos aferramos a la fe del Señor y la Virgen”, expresa y añade que los comerciantes atribuyen el milagro a la imagen del Divino Niño porque la tragedia del 97 hubiera sido incontrolable. “Era para volar todo pero gracias a Dios, él con sus manitos lo paró”.

Hoy Sedamanos, su esposa, hijos y nietos participarán nuevamente en la caminata en la que lucirán pancartas con frases: El protector de los incendios de la Bahía y el Salvador de los incendios de la Bahía.

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“Le pido a mi Dios por la salud de mi familia, mis hijos, que nos proteja de cualquier tragedia”, afirma Sedamanos, un macareño que llegó a Guayaquil en 1976 y también fiel devoto de la Virgen de El Cisne.

Recalca que el Divino Niño y la Virgen María significan su vida. En junio pasado sufrió un accidente y quedó inconsciente, pero antes gritó: “Virgen Santísima”. Cuando recobró el conocimiento se dieron cuenta que no había sufrido heridas.